LA INTELIGENCIA QUE NECESITAMOS, un pie en la «tierra» y otro en la «nube»

 

La Inteligencia que necesitamos

un pie en la “tierra” y otro en la “nube”

 

Inteligencia cibernética y de proximidad, operando indistintamente

 

“Si un ser humano más una máquina, es un humano mejor, más capaz; es decir, un humano, más las nuevas herramientas tecnológicas, es un humano potencial”. En esta conjunción, “la Inteligencia más humanos cualificados y más las nuevas herramientas tecnológicas y metodológicas, es una inteligencia mejor, más avanzada, con más capacidades y más dimensiones de actuación”.


 

Perspectivas y retos de Inteligencia ante la dimensión cibernética y perceptual del ambiente informativo actual (que actúan sobre la información)

  “el arma y el objetivo de información, es el mensaje”

El entorno operacional emergente. Desafíos y oportunidades

Expansión y superioridad de la información y lo perceptual. La información no es nueva, pero sí el explosivo desarrollo e-tecnológico que ha generado innumerables posibilidades del uso de la información. Su empleo, a través de los tiempos, se ha postulado tanto como “arma” y como “objetivo”, para alcanzar beneficio, influencia y/o error predecible en juicios y acciones.

El dominio de los flujos y contenidos de la información puede influir en la proyección de poder en las organizaciones, tanto en la calidad de las decisiones propias, como para intoxicar y perturbar los procesos de pensamiento y comprensión de otras organizaciones y sistemas que actúan en el mismo ambiente informativo. El propósito del uso de la tecnología de información es su utilización multidimensional, (tanto en el espacio físico, cibernético y perceptual), como una herramienta para resolver problemas de diferentes maneras, y convertir señales en información operativa, con economía de tiempo y seguridad de acción sin precedente.

Factores impulsores de inteligencia perfeccionada. Nos encontramos ante nuevos retos operacionales emergentes y ante nuevas mecánicas y tecnologías de trabajo diferentes, en donde las e-tecnologías suponen una transformación radical de los escenarios al incorporar dos nuevos; el espacio y el espectro virtual de la información. Debemos de reconstruir los asuntos de inteligencia, tanto como una evolución y/o como una revolución, adaptándonos de inmediato a la personalidad de las nuevas amenazas y a los desafíos y oportunidades multidimensionales. En donde el nuevo liderazgo será el mundo intelectual, también en combinación económica. Y en donde la práctica de inteligencia y seguridad, estará condicionada a nuevos paradigmas, de los que destacan:

  • Modificación del espacio de acción: el tiempo se ha comprimido, el espacio se ha distorsionado y expandido, y las e-tecnologías son las nuevas fuerzas multiplicadoras.
  • Ritmo frenético de la información para acortar el tiempo del ciclo de decisión/acción (observación – reflexión – decisión – acción – reacción).
  • Nuevos conceptos operacionales emergentes: tales como: operaciones y ciberoperaciones de influencia e inestabilidad económica y social, extensión de la criminalidad organizada y el terrorismo global, acciones de dominio de información y perceptual, manipulación informativa en red, ciberataques, cibersabotajes, ciberespionaje y demás potencialidades asociadas.
  • Amenaza multidimensional e indistinta: Física, cibernética y psicológica o perceptual.
  • E-tecnologías y fusión de sistemas (uso interactivo de e-tecnologías y e-metodologías): – La nube (cloud computing) / la niebla (fog computing) – Internet de las cosas – Smart data / Big data – Inteligencia artificial – Realidad Virtual, simulaciones e inmersiones en entornos de escenas u objetos de apariencia real) – Blockchain (cadena de bloques), base de datos distribuida, notario virtual – Machine Learning (aprendizaje automático) – Ciberseguridad, relacionada con protección específica de la infraestructura computacional tecnológica y la información contenida o circulante. Etc.

El factor tecnológico y el juego de inteligencias.

De inteligencia silvestre a ciberinteligencia. El objetivo existencial se mantiene: ¿cómo aumentar la posibilidad de “cazar” y disminuir la de “ser cazado? El combate de inteligencias y la necesidad de saber y de defenderse, sigue basándose en anticipar la incertidumbre y predecir el movimiento del oponente.

Factor tecnológico y asuntos de inteligencia. La historia de la humanidad, la de su evolución social, económica, etc. es, en buena medida, la historia del cambio técnico. La evolución y/o revolución natural de los asuntos de inteligencia y las amenazas y las oportunidades, están directamente vinculadas con los cambios paradigmáticos en la civilización, (era agraria, industrial, de los sistemas), empezando por la fuerza física, pasando por las máquinas y los ingenios, y llegando a los sistemas y conocimiento. En donde, las tecnologías de la información, y las revoluciones asociadas a la información (la escritura, la imprenta, la electricidad -el telégrafo y el teléfono- y lo digital), han influido decisivamente en las formas de guerra y de poder (territorial, económico, político, social, de la información, ideológico, etc.), y, por ende, en la naturaleza, metodologías e implicaciones de la inteligencia y la ciberinteligencia.

Saber antes, saber más

La inteligencia práctica, operando indistintamente

El ritmo frenético de la información y la evolución del ciclo de decisión/acción en las organizaciones. En la era agraria se competía buscando la oportunidad como factor clave del éxito. La expansión de la era industrial y la necesidad de sostener las actividades para alcanzar el objetivo final hicieron entrar en juego el tiempo cronológico como factor clave.

La necesidad de coordinar actividades sucesivas implicó un cambio cualitativo en el concepto del “mando” y de “información”. En la era industrial, la iniciativa residía en el jefe y sus directivos eran meros ejecutores, el control de las acciones formaba parte de los cometidos de dirección. Se pasó de la actividad de mando a necesitar otra de control. Con los avances tecnológicos se le ha añadido otras, como comunicaciones, y se ha ido entrando en la era digital y la interconexión entre máquinas y software y, con ello, al uso interactivo de procesos y sistemas: vigilancia digital, investigación e inteligencia humana, computadoras, mando y control, comunicaciones y demás metodologías y e-tecnologías avanzadas, en un mismo espacio y tiempo.

Dicho de otra forma, las e-tecnologías han materializado la aceleración de los procesos de expresión de la inteligencia, al poder disponer tanto en el espectro físico como virtual de “ojos y oídos”, “cerebro”, “conocimiento en el cerebro”, medios humanos cualificados y recursos técnicos operativos avanzados para la conducción y la ejecución eficaz de operaciones y ciberoperaciones.

En la actual transformación a la era digital, las tecnologías asociadas y la coordinación e integración de las diferentes fuentes y redes de desarrollo de conocimiento, transforman una cantidad ingente de información en un cuerpo útil de conocimiento y simplificado de la realidad. Ello, multiplica la capacidad de una organización en gestionar y compartir la información operativa en todos los niveles de conducción, resolviendo con rapidez las carencias de alerta rápida, la protección de las actividades y la capacidad de acción y proyección a escenarios alejados.

Convertir una señal en información operativa

La creciente necesidad de información operativa y talento digital accionable. En el actual entorno operacional de ambiente informativo complejo y altamente competitivo, el personal implicado en operaciones y ejecución de acciones precisa, soluciones inmediatas. Pero también, capacidades y conocimiento especializado para que los procesos cognitivos puedan dar respuesta a ciertos desafíos y resolver de raíz problemas estratégicos. En este complejo ambiente operacional multidimensional (físico, cibernético y perceptual), se precisa que el personal implicado, en los diferentes niveles, puedan analizar y evaluar entornos desconocidos, diferentes y cambiantes, y especialmente, actuar adecuadamente en tiempo y forma.

Las organizaciones necesitan disponer de inteligencia práctica y talento digital, capaz de abordar estos desafíos y resolver el problema planteado y alcanzar resultados concretos, con los datos justos y oportunos. Necesitan focalizar el uso inteligente de datos, basado en la calidad más que en la cantidad, datos que aporten valor añadido real en las actividades.

El reto, constituye interactuar en el nuevo ambiente 5G inteligente, y armonizar la práctica de inteligencia clásica con la ciberinteligencia, la investigación de proximidad con la ciberinvestigación, …las actividades reales con las virtuales. En conseguir que el uso de Smart data, el análisis masivo de datos (megadatos) y la distribución adecuada y oportuna de información inmaterial resultante, genere inteligencia extra y permita afrontar de forma segura los diferentes desafíos y ciberamenazas.

 

Adaptación digital y operativa, aproximaciones

 Estar “informatizados” no significa necesariamente estar “informados”, y mucho menos de disponer de estimaciones de «inteligencia» para la acción

Transformación y adaptación operativa. La adaptación operativa real reside en la capacidad informativa y de innovación intelectual. Para ser realmente efectiva se deberá utilizar en armonía los métodos tradicionales, asimétricos y tecnológicos.

El problema que puede plantearse, es que un excesivo acento tecnológico, puede llevar a la desconexión entre ciberinteligencia y otros dominios de la inteligencia y la seguridad actuales, y afectar a la continuidad de la organización. También puede producir una falta de interacción entre tecnologías, las medidas físicas y el factor humano.

La tecnología es un instrumento no una solución

Adaptación, interoperabilidad y e-tecnologías: la práctica de ciberinteligencia, precisa plantearse nuevas iniciativas de inteligencia perfeccionada y de transformación digital, para contrarrestar factores adversos, y a la vez para mejorar la interoperabilidad y compatibilidad interna de los sistemas tradicionales, con las nuevas e-tecnologías, en un mundo virtual interconectado, entre las que destacan:

  • Planeamiento basado en capacidades y nuevos paradigmas.
    • Definir el nivel de ambición y capacidades futuras, referida a la naturaleza y personalidad de las amenazas sin fronteras: espectro físico, cibernético y perceptual.
    • Énfasis en la importancia de capacidades reales y virtuales de: vigilancia y observación, obtención de información e investigación, elaboración y desarrollo de conocimiento e inteligencia accionable, y contrainteligencia y contraespionaje de proximidad y en red.
  • Visión integral y compatibilidad con otros planes y sistemas de información aplicable.
    • Integrar y compatibilizar políticas y planes y procesos.
    • Vincular de forma natural inteligencia, seguridad y negocio con el nuevo espectro.
    • Converger en una misma área organizativa las actividades de protección de todos los activos (bienes, personas e información), basada en la inteligencia.
  • Interacción e interoperabilidad de los procesos de trabajo entre personas, información, tecnologías y procedimientos.
    • Conformar un todo coherente sistema de sistemas.
    • Inteligencia cibernética y operativa, operando indistintamente.
  • Adaptación digital y operativa enfoque colaborativo en todos los niveles de conducción, como en la política y estrategia corporativa.
    • Por el Management empresarial: fomento de las estrategias y objetivos de inteligencia que necesitan. Aportación de los recursos humanos y e-tecnológicos necesarios.
    • Por el Management de inteligencia y seguridad: búsqueda constante de información perfeccionada tanto en el espectro virtual o real, que permita orientar la acción al ritmo dinámico de los actuales sucesos. Dominio de las e-tecnologías aplicadas a los sistemas de desarrollo del conocimiento e inteligencia accionable, tanto para la búsqueda de señales y la vigilancia digital, como para el análisis, la visualización y representación muldimensional de objetivos, y la conducción de operaciones y ciberoperaciones propias.

Iniciativas interconectadas todas ellas, que facilitan conformen, en un todo coherente: proyectos, operaciones y acciones de inteligencia y ciberinteligencia. Iniciativas que puedan ser desarrolladas en cualquier nivel de conducción estratégico, operacional o táctico, en cualquier tiempo y circunstancia, y con capacidad adaptativa e innovadora para resolver problemas de forma útil y de maneras diferentes.

 

Valoración y proyecciones

“Ganar el factor tiempo”. Ante una nueva dimensión de la información interconectada, donde los datos vuelan, viajan gratis, para ser realmente efectivos, deberemos ser capaces de interactuar, fusionar y utilizar en armonía los métodos tradicionales y los tecnológicos de vanguardia, y el control de los espacios de acción (físico, cibernético y perceptual). La diferencia se crea sobre la capacidad de anticipación para actuar y reaccionar con un tiempo de anticipación. “Decisiones y acciones rápidas y oportunas, basadas en la inteligencia”

La ventaja está en saber antes y saber más, reducir el tiempo en la cadena de toma de decisión /acción asistida “justo a tiempo”; así como, saber compartir y competir con otros y contra otros adversarios y entornos tanto de tipo agraria, industrial como digital y pronto espacial.

“La información previa, el conocimiento especializado, y la inmediatez, calidad y oportunidad de la respuesta, ha sido y es, la clave del éxito”. Pero el secreto del éxito, implica orientaciones iniciales claras, es saber con precisión lo qué se busca y en qué sector y objetivo. Sin un marco claro, uno se dispersa y se pierde eficacia y se corre el peligro de intoxicación informativa. Como dijo Séneca: “Solo hay buen viento para el que sabe a dónde va”.

 Inteligencia operativa y talento digital accionable

Inteligencia cibernética y de proximidad, acción interactiva. En la actualidad es del todo necesaria la innovación o por lo menos la adaptación (ya que no se puede ya mirar para otro lado y no invertir en ello), es imposible poner en práctica la inteligencia perfeccionada, sin recurrir a las tecnologías de vanguardia y a la alta especialización del personal de inteligencia (gestores, investigadores, agentes operativos, analistas, operadores de sistemas…).

Pero… hay que evitar tanto el coste de la no-ciberinteligencia, (es decir, el no disponer de nuevas capacidades tecnológicas), como que un único y excesivo acento tecnológico, pueda llevar a la desconexión entre ciberinteligencia y ciberseguridad y los otros dominios de inteligencia y seguridad tradicionales, como la inteligencia y el contraespionaje de proximidad.

Una posible desconexión y falta de interoperabilidad entre Inteligencia y Ciberinteligencia, representaría en la práctica una disfunción, entre una pretendida “visión holística” de la inteligencia, la seguridad y las e-tecnologías que necesitamos, y su adecuada interacción: “un pie en la tierra y otro en la nube”.

 

Jesús Villasante

Asesor en asuntos de Inteligencia y Seguridad

Comandante de Artillería (en la reserva)

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