Mercenarios y compañías militares y de seguridad privada, I.

Los mercenarios y las CMSP han sido objeto de múltiples definiciones. En la siguiente tabla se muestran sus características diferenciadoras:

 MERCENARIOSCMSP
Tipo de servicioCombate directoGran variedad de servicios similares a los de las FFAA
DisponibilidadTemporalPermanente
EstructuraNo integrado en ninguna estructura orgánicaRegistradas legalmente con estructura corporativa
Organización Pequeños grupos o incluso individualmentePersonal numeroso
Publicidad Cierto grado de clandestinidad. Tratan de alejarse de la atención pública.Abiertamente en un mercado libre con mensajes comerciales ofreciendo sus servicios
Motivos económicosPersonalesBeneficio empresarial
Tipo de beneficioA corto plazoBeneficio de negocios a largo plazo
Contratación Tratan de actuar en el mercado negro y principalmente cobran en efectivo(1) Contratos y mayormente licitación pública. Utilizan los sistemas financieros actuales para efectuar y recibir pagos.
CapacidadesCapacidades limitadas por lo que dan servicio a un solo cliente y a corto plazoPueden dar servicio a varios clientes al mismo tiempo
OrigenParten de ámbitos localesDe carácter transnacional
ImagenImagen vergonzosaSe esfuerzan en dar una imagen de respetabilidad
Miembros (2)Habitualmente ciudadanos extranjeros, terroristas, criminales, guerrillasHabitualmente han servido en ejércitos nacionales
Miembros (3) Origen militar con experiencia y preparación para la guerra

(1) – Una vez contratada la CMSP, estará sujeta a un régimen jurídico, a un establecimiento de las funciones a cumplir, a unos medios utilizables determinados, a limitaciones, sanciones y recompensas.

(2) – Janos Kálmán (2013). Mercenaries Reloaded? Applicability of the Notion of ‘Mercenaries’ in Relation to Private Military Companies and their Employees.

(3) – Mario Laborie Iglesias (2013). La privatización de la guerra. El auge de las compañías militares privadas.

 

Otras características que definen y diferencian a las CMSP de los mercenarios son:

  • cadena de mando definido,
  • selección y reclutamiento según los actuales modelos de gestión empresarial,
  • capacidad de adiestramiento; y
  • operan siguiendo un código ético interno basado en los protocolos y convenciones internacionales.

Observando la tabla destaca la predisposición de los mercenarios a jugarse la vida motivados únicamente por una compensación económica (excepcionalmente por motivos ideológicos).

A pesar de lo detallado se les ha denominado “mercenarios” a los paramilitares, sicarios, terroristas … e incluso a los miembros de las propias CMSP, porque muchos analistas e instituciones oficiales consideran que han evolucionado integrándose en las CMSP.

 

MERCENARIOS (“soldados de fortuna”, “perros de la guerra”).

Historia

El imperio egipcio utilizaba a la población para la agricultura y la construcción, impidiendo a los faraones disponer de un ejército permanente e instruido. Algunos poderosos faraones como Senusret III (1889-1844 a.C.) o Ramses II (1279-1213 a.C.) recurrían a mercenarios palestinos, sirios, griegos, etc. para combatir y expandir su imperio.

Para el imperio persa lo que importaba era la superioridad numérica y un ejemplo de ello fue Ciro el Joven, que en el 401 a.C. alistó a más de 13.000 mercenarios griegos para derrocar a su hermano el rey de Persia.

Los griegos fueron los principales exportadores de mercenarios de la antigüedad tanto por tierra como por mar. Desde el s. V a.C. la proliferación de las guerras navales propició el alistamiento como medio de subsistencia, en flotas atenienses, espartanas o persas, pero su lealtad desaparecía al venderse al mejor postor.

Esparta fue el primer estado griego en utilizar mercenarios extranjeros de forma masiva y, posiblemente el único en controlar a sus ciudadanos para que no fuesen contratados por otras potencias. Con la campaña de Alejandro Magno en Asia se llegó a la cumbre de la era mercenaria en Grecia. En el 334 a.C. marchó a Oriente Medio con aproximadamente 44.000 mercenarios entre sus hombres.

En Roma el paso de la república al imperio produjo el auge de mercenarios en su ejército. En las guerras púnicas (264-146 a.C.), entre Roma y Cartago, fueron protagonistas los mercenarios mamertinos (hijos de Marte) de origen itálico. Julio César (100-44 a.C.) utilizó mercenarios germanos y su sucesor Augusto los integró en la escolta imperial. Entre el s. III y el IV d.C. las guerras civiles y las invasiones bárbaras produjeron una mayor dependencia de tropas mercenarias. Al final del imperio, las legiones romanas estaban totalmente germanizadas. La Guardia Varega o Varangiana (guardia vikinga) fue la escolta personal de aristócratas del imperio romano, emperadores bizantinos entre los s. X y XIV y destacados defensores de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada (1198-1204).

En la Edad Media los líderes políticos de las principales civilizaciones mediterráneas recurrían habitualmente a los mercenarios. Éstos se organizaban en bandas cuya denominación provenía de su lugar de procedencia, como los aragoneses, navarreses, bravanzones, bascolios, etc.

En el mundo naval surgieron los corsarios y los piratas. Desde 1295, la corona británica comenzó a otorgar autorizaciones a determinados navíos para atacar barcos mercantes de las naciones enemigas (patente de corso), haciéndose con parte del botín como paga. Francia y Holanda imitaron a Inglaterra. Mientras los corsarios actuaban para un gobierno los piratas lo hacían por libre.

Los piqueros suizos se convirtieron en los mercenarios más solicitados de Europa hasta finales del s.XVIII.

En 1360, tras la Paz de Brétigny, durante la Guerra de los Cien Años, aparecen las llamadas Compañías Libres. La primera de ellas fue la Gran Compañía, fundada por Roger de Flor y formada por mercenarios almogávares aragoneses, catalanes, valencianos y navarros. En una estructura de mando y control estas compañías eran dirigidas por veteranos de guerra que comandaban a los mercenarios. Su campo de acción se extendió por Francia, Italia y España. La Compañía Blanca de Hawkwood llegó a emplear entre 5.000 y 6.000 veteranos, y la Compañía Fra Moriale 10.000 mercenarios.

Los lansquenetes alemanes, entrenados inicialmente por mercenarios suizos, fueron efectivos mercenarios en los s. XV y XVI.

En 1506 se crea la Guardia Suiza, al servicio de reyes y papas.

Los tercios españoles llegaron a ser una fuerza dominante en Europa en los s. XVI y parte del XVII, formados por voluntarios españoles y mercenarios valones, alemanes e italianos. En 1576 estos tercios fieles al rey Felipe II, tras no recibir sus salarios, saquearon y destruyeron Amberes, apaleando, violando y matando a 8.000 civiles. En 1631, durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), tropas mercenarias que tampoco recibían su salario cometieron actos similares en Magdeburgo (Alemania). Estas prácticas mercenarias se volvieron habituales en la Europa moderna.

En el s. XVII aparecieron las Compañías Mercantiles, a raíz de las grandes campañas de exploración y colonización. Disponían de su propia fuerza militar para repeler los ataques de piratas, nativos hostiles o compañías competidoras. Su estructura era tan sólida y su alcance geográfico tan extenso que superaban a cualquier otra compañía con mercenarios en sus filas.

En 1600 la Compañía Británica de las Indias Orientales recibió, de la reina Isabel I de Inglaterra, la Carta Real. En 1670 contaba con 100.000 mercenarios británicos, alemanes, suizos e indios. En 1874 la reina Victoria la disolvió.

En 1602 se constituyó la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales que en 1670 contaba con más de 30.000 mercenarios. Su actividad finalizó en 1799.

En 1621 la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales tenía como objetivo eliminar la competencia española en sus dominios americanos, pero se fue convirtiendo en un instrumento de colonización de América. En 1791 el gobierno neerlandés adquirió sus acciones tomando el control de los territorios.

Las compañías británicas eran reguladas mayormente por la corona, mientras que las holandesas operaban casi como entidades privadas. Ambas Compañías Mercantiles alcanzaron un poder similar a los propios Estados, tanto en lo económico y militar como en lo político.

Con los mercenarios de las diversas Compañías Mercantiles continuaron las prácticas sanguinarias.

El fin de la Guerra de los Treinta Años, la firma de los tratados de Westfalia, la aparición de ministerios de guerra, la deslegitimación de esta profesión, la Revolución francesa, la Revolución industrial, … provocó un paréntesis de la actividad mercenaria.

En 1817 el venezolano Simón Bolívar contaba con casi 6.000 mercenarios británicos en su lucha contra España por la independencia de América del Sur.

En 1825, en la guerra de Brasil contra Argentina ambos bandos contaban con mercenarios británicos.

En 1831 aparece la Legión Extranjera Francesa que, al igual que los Gurkhas nepalíes del ejército británico, no se les considera mercenarios al estar completamente integrados en sus respectivos ejércitos.

En 1880 se produce, en el continente africano, la primera guerra de los Bóers entre británicos y los colonos holandeses, con relevante intervención mercenaria.

En 1850 y entre 1900 y 1930 los mercenarios estadounidenses se desplegaron de forma masiva en Centroamérica.

Durante la Guerra Fría la actividad mercenaria fue relevante. Participaron en 1960 en la crisis del Congo Belga, en la guerra civil de Yemen (1962-1970), en la guerra civil de Nigeria (1967-1970), en 1975 en la guerra civil de Angola, …

En la fase final de la Guerra Fría empezaron a surgir las CMSP.

 

 

Mercenarios destacados

Thomas Michael Hoare “Mad Mike” (GB), Gilbert Bourgeaud (Bob Denard) (FR), Robert C. Mackenzie (EEUU), Costas Georgiou “Coronel Callan” (GR), Jean Kay (FR), Rolf Steiner (DE), John Peters (GB), Carlos Martínez de Velasco (ES).

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