El periodo pre competitivo y la importancia del entrenamiento silencioso

Aprovechando que tras los meses de julio y agosto se nos vienen pruebas y oposiciones de acceso a Seguridad Privada, Ejército, Policías de diversa índole, Guardia Civil y Bomberos -entre septiembre y noviembre se nos presentarán unos 300 alumnos/as del Centro Andaluz de Estudios y Entrenamiento– vamos a tratar de aclarar cuestiones de gran importancia a cerca del último tramo de entrenamiento y preparación, así como lo determinamos el “entrenamiento silencioso”, ese que a veces pasa inadvertido -por su naturaleza sigilosa- pero que termina siendo vital para culminar nuestro trabajo y conseguir los objetivos marcados.

En este periodo, que llamamos en la Ciencia del Entrenamiento “Competitivo” (consta de dos subperiodos o mesociclos; el “precompetitivo” y el “competitivo”), los microciclos de entrenamiento (que normalmente corresponden a semanas), suelen ser de volúmenes de trabajo bajo e intensidades moduladas, en base a que haya dos sesiones de alto nivel (emulando la competición), pero mucha recuperación entre ambas, intercalando sesiones de preparación específica. Estas, sobre todo, incidiendo en cuestiones más psicológicas que físicas. Técnicas de visualización, simulacros de situaciones concretas de examen, calentamientos específicos de competición, escenarios de tensión y posibles adversidades, incluidas improvisaciones por contingencias inesperadas.

Todo esto resulta de un entrenamiento y preparación en la que se presupone un bagaje anterior (según el caso, entre 6-12 meses, e incluso algo más en opositores que ya tienen experiencia en otras convocatorias), en el que ya han logrado con creces los objetivos iniciales de conseguir niveles óptimos (aprobados con holgura en casi todos los casos, con dicha preparación y en los que necesitan nota, medias de notable alto y sobresaliente) tanto en el aspecto FÍSICO, como en el TÉCNICO.

Tras ese periodo de entrenamiento, en el que el opositor ha realizado volúmenes de trabajo (mediante entrenamientos) muy altos, acompañado de muchas sesiones dirigidas a PREVENIR lesiones, generar una buena HIGIENE POSTURAL, alcanzar un buen MODELO TÉCNICO (tanto de carrera, como en la valla –en sus diferentes aspectos- como en la barra), en el que el objetivo principal era alcanzar el mejor nivel físico y técnico posible, llega este último periodo, en el que los objetivos, medios e instrumentos son totalmente diferentes. Son los siguientes, que enumero a continuación lo más sucintamente posible, a fin de que queden muy claros y precisos, sin ningún atisbo de duda o confusión. Es lo que llamamos, en suma, ENTRENAMIENTO SILENCIOSO. El más importante, por encima de las mismas sesiones ordinarias de entreno, en este definitivo momento, previo a la competición:

  1. DESCANSO. Aunque parezca obvio, no se suele tener en cuenta. Cuando resta un mes aproximadamente, el trabajo de cargas y volúmenes debe desaparecer, y el descanso debe primar por encima del entrenamiento. Las cargas del mismo deben estar extremadamente MEDIDAS. Hacer sobreesfuerzos en este periodo o querer recuperar en dos semanas lo que no se ha trabajado durante meses, sólo deriva en la mayoría de los casos en LESIONES, SOBREENTRENAMIENTO (nefasto para la salud) y mala puesta a punto. Dormir bien (8-9 horas diarias, incluida una siesta), tener un buen profesional a tu disposición que te lleve perfectamente las cargas de entrenamiento, dejar actividades que supongan esfuerzos extras (trabajos eventuales, deportes de riesgo…), son puntos fundamentales en este periodo. Los mejores entrenadores y profesores mayores no nos dejaban de repetir este axioma, “EL MEJOR ENTRENO ANTES DE LA COMPETICIÓN ES EL DESCANSO”. En definitiva, lo que técnica y científicamente conocemos como SUPERCOMPENSACIÓN. Quien más haya entrenado, más debe descansar… y más super compensará. Es un PRINCIPIO BÁSICO en Teoría del Entrenamiento.
  2. MIMAR EL CUERPO. Debemos hacerlo siempre, pero en esta etapa con más ahínco, si cabe. Recomiendo un masaje de descarga al mes, de forma ordinaria. En este periodo, no estaría de más que fuese cada quince días. Aparte, cuidados personales, con baños en agua fría para las piernas, contrastes, frío localizado para articulaciones o tendones doloridos, sesiones al finalizar la semana de sauna y jacuzzi… Mimos, en definitiva, a uno de nuestros dos principales motores; nuestro cuerpo. Otra forma de darle mimos, que como la anterior debe ser considerada siempre, pero acentuarla en estos días, es la NUTRICIÓN y la complementación adecuada. Una dieta estricta y dirigida por profesionales, destinada al afinamiento concreto a las pruebas que entrenamos (no es una dieta de adelgazamiento convencional sin más). Hay que estar delgados y fuertes; es decir, POTENTES. A la dieta de competición hay que sumarle un buen complemento vitamínico y/o análogos (siempre supervisados por profesionales), que ayuden en casos de decaimiento a mantener el nivel no solo en los entrenamientos, sino también en el estudio. Necesitamos buena dieta, pero también concentración y buen ánimo.
  3. MIMAR LA MENTE. Antes decíamos que nuestro cuerpo es uno de los dos principales motores que tenemos. El otro es la mente. Yo diría que, a partes iguales, pero en algún caso, la mente puede ser más determinante, incluso, en el alto rendimiento (y estas oposiciones y pruebas de acceso lo son). Nuestra mente la entrenamos a diario en mis grupos. Aprendemos a técnicas de visualización y motivación, hacemos sesiones específicas de relajación e intentamos, sobre todo en este último periodo, seguir unas pautas de comportamiento muy fijadas. Por ejemplo, tenemos PROHIBIDAS frases como “NO PUEDO…”, “ESTO ES IMPOSIBLE”, etc. De hecho, marcamos un protocolo, mediante el cual, si alguien las menciona, tiene su “castigo” (siempre con “buen rollo”). Acudir a buenos profesionales, como en los casos anteriormente citados del fisio y/o el nutricionista, aparte de lo que trabajamos en el grupo, es también buena idea. Igual que te ayudan para la entrevista o los psicotécnicos, te pueden ser de gran ayuda para motivarte, relajarte, visualizar… en definitiva, para saber manejar lo mejor posible ese gran instrumento que tenemos y no rentabilizamos en gran medida, que es nuestra mente.

A modo de corolario, debemos tener en cuenta que para llegar al MÁXIMO RENDIMIENTO físico, hay que entrenar para tal objetivo. Eso implica buscar un buen PROFESIONAL del ENTRENAMIENTO, con experiencia, aptitud y ACTITUD, con tiempo suficiente (Cada persona es un mundo, por lo que cada persona tendrá un tiempo individual en cada caso; lo que a uno le cuesta dos meses a otro le puede costar dos años. Un buen profesional de la preparación física te podrá hacer un diagnóstico al respecto, con tiempo).  Pero también, de forma paralela, atender a los tempos de la PLANIFICACIÓN (la que te hará un buen profesional de la preparación física), en la que cobrarán IMPORTANCIA fundamental las variables que hemos enumerado: DESCANSO / SUPRECOMPENSACIÓN + MIMAR EL CUERPO + MIMAR LA MENTE. De la suma de todas, añadido el entrenamiento anterior, podrá despejarse la “x” que deseamos; EL MÁXIMO RENDIMIENTO y el gran RESULTADO FINAL.

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