Los atracos espectaculares a furgones blindados, al estilo de la película Despierta la Furia o la mítica Heat, parecía que solo tenían cabida en la gran pantalla. Sin embargo, en los años 90 existió una banda que llegó a ser conocida como el Dream Team de los robos, y que encima se inspiraba en los personajes de Robert De Niro, Al Pacino y Val Kilmer en Heat. Estos ladrones cometieron atracos en toda Europa, pero su golpe más sonado fue el realizado en el aeropuerto de Málaga en el año 1999.
El 30 de agosto de ese año, a las 8:00 de la mañana, un comando compuesto por cinco individuos, portando armas de guerra y ataviados con pasamontañas, irrumpió en la terminal de carga del aeropuerto malagueño. Su objetivo era un furgón blindado, que transportaba la impresionante suma de 537 millones de pesetas (equivalentes a 3,22 millones de euros) en divisas y diamantes destinados a Zúrich y Frankfurt.
La banda, conocida por su precisión y coordinación militar, estudió detalladamente el movimiento del dinero. En un inicio, redujeron a un vigilante y posteriormente agredieron al guardia encargado de vigilar las sacas. Acto seguido, los asaltantes se apoderaron del dinero, mientras otro vigilante permanecía al volante dentro del furgón blindado, ya que las normativas de estas empresas prohíben que el conductor abandone su posición.
Durante la fuga, el tercer guardia, quien había ingresado a las dependencias de la terminal con los certificados de valor de las divisas, logró realizar un disparo hacia la furgoneta, sin lograr alcanzar su objetivo. En el forcejeo con el guardia a cargo de la vigilancia de las sacas, los atracadores llegaron a colocar una de sus armas en su cuello, para luego golpearle en la cabeza con una de ellas, al mismo tiempo que expresaban: «Tira para adelante y ‘dimani'». Escaparon en una furgoneta robada en Marbella, la cual abandonaron en el apeadero de Renfe del aeropuerto para huir en otro vehículo previamente preparado.
Antes del golpe en Málaga, ya habían realizado varios con éxito, y la policía ya había empezado a seguir sus pasos tras el asalto ocurrido en 1996 al vuelo IT 243 de Air Inter Europe, que había aterrizado con 167 pasajeros en Perpiñán. Este suceso tuvo lugar la tarde del martes 13 de agosto, justo en plena pista de aterrizaje.
El modus operandi de este grupo delictivo quedó patente en esta operación, llevada a cabo por un comando compuesto por diez individuos que se aproximaron a la aeronave a bordo de dos vehículos. Tras detenerse frente a ella, dos ladrones efectuaron disparos al aire y desplegaron una pancarta para alertar a la tripulación sobre lo que estaba sucediendo: «Detengan los motores y abran la bodega».
El piloto, obedeciendo las indicaciones, se comunicó a través del megáfono del avión con los pasajeros: «Señoras y señores, mantengan la calma. Los hombres están interesados en lo que tenemos a bordo y, como están armados, tenemos que esperar». En un lapso de dos minutos y medio, llevaron a cabo el atraco de manera sincronizada. Finalmente, abandonaron la pista sin encontrar resistencia, pero llevándose consigo 4,4 millones de francos (670.000€).
La caída del Dream Team se produjo después de su última operación en París, en la que intentaron atracar dos furgones blindados el 26 de diciembre del año 2000. Un camión de mudanzas bloqueó la carretera, un 4×4 cubría la retirada y otros vehículos cerraban el paso. A pesar de su planificación, el atraco sufrió contratiempos debido a la imprudencia de uno de los criminales, Daniel Merlini, que embistió al vehículo blindado, facilitando la huida de uno de los furgones.
La respuesta de la policía fue rápida, y tras la detención de Bellanger en Sitges y otros dos miembros en Barcelona, se arrestaron a cinco integrantes más al sur de París. En la casa de Paray-Vieille Poste, se encontró un impresionante arsenal, incluyendo 20 subfusiles, 20 pistolas, granadas, lanzagranadas, explosivos, munición y 16,5 millones de francos.
Daniel Bellanger, considerado el líder del Dream Team, eludió la justicia en varias ocasiones. En 2016, fue condenado en Lyon a 5 años de cárcel por posesión de armas incautadas en Francia en 2012 y en 2020, recibió otra condena de 6 años por atentar con explosivos contra un cajero automático en La Monnerie-le-Montel en 2015, demostrando la persistencia del líder en actividades delictivas.
Aunque la leyenda del Dream Team perdura, la realidad es que muchos de sus miembros enfrentaron largas condenas de prisión. La mezcla de camaradería y falta de jerarquía en el grupo, según relata Karim Maloum, uno de los implicados, dejó tras de sí un rastro de tragedia y arrepentimiento. Las autoridades francesas y españolas, tras años de persecución, lograron poner fin a la era del Dream Team, pero su legado como la banda de atracadores más peligrosa de Europa perdura, ya que, gracias a las mejoras en la seguridad privada, no ha vuelto a surgir ningún grupo que sea capaz de poner en jaque a las empresas y robar tanto dinero como lo hizo este Dream Team.
Unos robos de película
Decir que el Dream Team tenía cierta inspiración cinematográfica es quedarse corto. Los miembros de esta banda eran unos enamorados de la película Heat, dirigida por Michael Mann, en la que Robert De Niro dirige a una banda criminal cuyo objetivo era robar vehículos blindados. Sin embargo, las similitudes no terminan ahí. Era tal la obsesión con esta cinta, que tal y como han confirmado alguno de ellos tras salir de prisión, durante los atracos utilizaban como nombres clave el de los protagonistas de la película. Además, con el botín de los atracos muchos se compraron coches de la marca Audi, específicamente unos V8, exactamente el mismo modelo que conducía el personaje de Val Kilmer en Heat. Estos ladrones no han sido los únicos en caer rendidos ante esta obra. Redoine Faïd, el criminal que escapó en helicóptero de la cárcel, lo explicó en un encuentro con Michael Mann en 2009. “Veíamos sus películas un poco como reportajes, como documentales (…) ¿Es [Mann] consciente de que hay gánsteres que pueden inspirarse en su cine? Porque a mí me ha pasado”, explicaba este ladrón y escritor francés, tan aficionado al cine de Mann como la banda del Dream Team.