Inteligencia Operacional para Gestión de Desastres.

Inteligencia Operacional 

para Gestión de Desastres


Los desastres no se pueden moldear 

pero si planificarlos para prever y gestionarlos”


El manejo de los desastres y la Inteligencia adecuada

Necesidades de Información y producción de Inteligencia en las distintas fases del ciclo del desastre

El manejo de los desastres y la dinámica de la información. La gestión del riesgo extremo en el marco metodológico, se conforma como un sistema de organización denominado “ciclo del desastre”: pre-desastre, emergencia, y rehabilitación y reconstrucción (antes, durante y después). A fines prácticos, se analiza como una secuencia cíclica de fases y etapas que se relacionan entre si, y que se agrupan en tres fases y estas a su vez en, en las correspondientes etapas (total ocho).

Expuesto de forma secuencial:

  1. Fase 1: Antes:
    • Etapa de Prevención 
    • Etapa de Mitigación 
    • Etapa de Preparación
    • Etapa de Alerta
  2. Fase 2: Durante:
    • Etapa de Impacto
    • Etapa de Respuesta
  3. Fase 3: Después:
    • Etapa de Rehabilitación
    • Etapa de Reconstrucción

De esta secuencia se deriva, que el manejo de los desastres corresponde: el esfuerzo de prevenir la ocurrencia de un desastre, mitigar las pérdidas, prepararse para sus consecuencias, alertar su presencia, responder a la emergencia y recuperarse de los efectos. En todas las fases y componentes se precisa disponer de conocimiento prospectivo y prever.

En la práctica, la gestión de desastres no es un proceso lineal que pueda ofrecer una solución única. Es más, un proceso de acción, respuesta y retroalimentación en el que están implicados diversas organizaciones y personas que intercambian sus actividades, actitudes y preferencias según las circunstancias. La dinámica de la información ha de conseguir optimizar dichas acciones a fin de que sus componentes ejerzan el menor número de disfunciones posibles.

La Inteligencia y su vínculo en la gestión de desastres. Con el fin de disponer de adecuada dinámica de información, es preciso la producción e interoperabilidad de la multi-inteligencia necesaria, para estar en condiciones de concebir y conducir campañas de prevención, así como, las e-tecnologías y metodologías inteligentes, capaces de acelerar e interactuar el “ciclo de inteligencia” con el “ciclo del desastre”, y facilitar con ello, la alerta y la mejor conducción de las operaciones de intervención y atención a desastres, en el nivel operacional y de empleo.

La Información es instrumental para la actividad. Debido a las extremas consecuencias que provocan los sucesos catastróficos, parece oportuno poder disponer previamente, de un sistema cohesionado de alerta y mitigación a desastres que proporcione Actividad Logística de Información (Inteligencia especializada), y que permita de forma adecuada, cubrir y proporcionar, a responsables y agentes actuantes, los estudios, la investigación y la información operativa necesaria que les ayude o apoye en las decisiones y acciones precisas que requiera las diferentes situaciones y actividades del ciclo.

 Cada tipo de desastre es único en cuanto a naturaleza y desarrollo

El concepto operacional, la logística y la inteligencia en la gradación de desastres

El concepto operacional

Desde la antigüedad, existe diferencia entre conflictos, propiamente dichos y las acciones que la preceden o la siguen. En el nivel operacional, se concibe y conduce las operaciones y se determina los recursos, para la gestión de los conflictos. Responde a las actividades a realizar para implantar las estrategias y permitir la consecución de los objetivos establecidos o las acciones previstas.

Dirección y gestión en el ambiente operacional

Las situaciones de grave riesgo se suelen presentar sin previo aviso y requieren toma de decisiones y acciones inmediatas, la información disponible es muy escasa y muy alto el grado de incertidumbre, es decir, la probabilidad de errores es muy alta.

Ante ello, las organizaciones potencialmente implicadas, deberían de disponer de conocimiento de la situación en tiempo real, (así como histórico de catástrofes), y de capacidad física, conexión global y agilidad “mental”, que comporta disponer de recursos de información, medios y servicios, y una organización flexible, funcional y proyectable, que facilite en un momento dado, la “habilidad de despliegue” y su adaptación a las nuevas necesidades y exigencias de cada suceso.

Los modelos existentes de dirección y gestión de situaciones de grave riesgo, son muy variados, pero coincidentes en su objetivo general, se destacan las misiones de Inteligencia, Operaciones y Logística, así como las de comunicación y relaciones exteriores:

  1. Inteligencia y Operaciones, (comprende: vigilancia, análisis, planificación y actividades), corresponde disponer permanente y actualizada, en tiempo, lugar, y forma, la información y la planificación para la gestión de problema.
  2. Logística, distribuye los medios y recursos necesarios que faciliten la operatividad del plan.

Logística de distribución a intervenciones

Sistema logístico cohesionado. El problema que plantea un desastre en cuanto a la demanda de materiales, servicios e información, es que ésta, puede pasar del cero al infinito en cuestión de horas.

La aplicación de la logística general al campo de la gestión de desastres se centra en la adquisición, almacenamiento, movilización y distribución. En cuanto a la parte de la logística basada en la distribución, (es decir, la aplicada a la atención a desastres e intervenciones determinadas), ésta se centra en la disponibilidad y flexibilidad de un sistema cohesionado, que realice todas las actividades de provisión de ayuda y asistencia técnica y humanitaria de aquellas personas y espacios sometidos a riesgo. También, se considera dentro del sistema logístico el personal, infraestructuras, transporte expedicionario y centros de distribución, así como, los sistemas usuales y alternativos de información y comunicaciones.

Logística de distribución. La estrategia de la logística en el apoyo actividades, consiste en: > El conocimiento de la situación actual. > Una organización logística cohesionada apoyada por una infraestructura de información y redes basada en la inteligencia, y con un sostenido ritmo operativo y proyectable sin interrupción. > La velocidad de distribución, no el volumen de abastecimiento.

El proceso de apoyo en atención a desastres se basa en dos corrientes complementarias e interrelacionadas por los fenómenos causa – efecto: 1) la aportación de materiales y servicios en orden de prioridades a un sistema que los demanda, y 2) la inclusión en el mismo de una corriente de información de ida y vuelta que, como tal, se considera un verdadero recurso operacional y táctico, que se podría valorar como el principal activo no material del sistema. También debe considerarse una tercera corriente, la logística inversa de retroalimentación.

La Inteligencia en el proceso de conducción de crisis.

Preparación de inteligencia conjunta del ambiente operacional. Los conductores de la gestión del riesgo catastrófico, deberán dirigir sus esfuerzos en identificar a tiempo acontecimientos extremos y neutralizar sus efectos.

Para ello, precisan del conocimiento de los sucesos y de la combinación de condiciones, circunstancias e influencias que afectan el uso adecuado de capacidades sobre el terreno y la resolución efectiva del problema planteado. Entender el ambiente operacional permitirá en la medida, disponer de visión sobre las variables y el posible desarrollo de una crisis, identificar el impacto crítico, mejor comprender los problemas relevantes en todos los niveles y, facilitar en la habilidad, para conducir sus operaciones e intervenciones.

Junto a este proceso de obtención de conocimiento especializado se desarrollan las actividades activas y pasivas de gestión del riesgo. Es posible darse cuenta de la similitud que estas actividades tienen con las actividades de inteligencia materializadas en el ciclo de inteligencia y las del ciclo de los desastres y la seguridad, tanto en los aspectos de gestión de la crisis y atención a desastres, como en otros aspectos asociados, tales como, la seguridad humana, la protección de la información sensible y de los sistemas y despliegues propios, etc.; así como, de la adecuada comunicación e información al público.

Inteligencia en los distintos niveles de conducción de crisis. El ámbito de la gestión y respuesta rápida ante desastres y áreas afectadas, tiene necesidades específicas de inteligencia especializada, puesto que se mueve en tres niveles de conducción y actuación (estratégico, operacional y táctico), que precisan a su vez de tres tipos de inteligencia:

1) Estratégica, centrada en el plano socio y geopolítico, sirve para la preparación de las políticas y planes directores, sus receptores son las autoridades y responsables generales de la prevención y control de graves riesgos.

2) Operacional, destinada al planeamiento y organización de los despliegues y recursos, aprovisionamiento logístico y desarrollo de las operaciones de atención a sucesos catastróficos. Sirve a los responsables de la prevención y mitigación de un desastre en cuestión, y encargados de la gestión integrada de los flujos de información, materiales y servicios para el área afectada.

3) Táctica, responde a los fines inmediatos de los agentes actuantes sobre el terreno. Sirve a los servicios y equipos de intervención directa contra la grave emergencia, donde prima la rapidez y oportunidad de actuación.

Extracción de elementos de Inteligencia Operacional y Táctica. La inteligencia para poder prestar su apoyo a las tres actividades básicas de los actores actuantes en las emergencias complejas, (tales como: Obtención del esfuerzo de búsqueda de información – Detección y seguimiento de crisis emergentes, y – Conducción de Operaciones), debe trabajar bajo un enfoque holístico y un modelo de esfuerzo continuado y no solo como respuesta a necesidades ocasionales. Para lograr una adecuada acción conjunta, en cuanto a información operativa, debe seguir el modelo lógico de producción de inteligencia, dicho de forma comprensible: Orientación del esfuerzo – Búsqueda y Reunión información – Procesamiento y Utilización – Retroinformación.

Información previa e Inteligencia especializada en el plano operacional y de empleo. Es preciso que desde tiempo de normalidad, se disponga de capacidades persistentes de inteligencia especializadas en inteligencia de alerta temprana y sucesos catastróficos, capaz de cubrir la más amplia gama de posibilidades de detección en las diferentes dimensiones (tierra, mar, aire, espacio, y virtual), por lo cual, el sistema de gestión y atención a desastres, necesitará disponer de recursos y desplegar una amplia diversidad de sensores y medios de búsqueda, que obtengan datos y alertas para alimentar sus sistemas de apoyo, intervención y respuestas, y obtener el conocimiento adecuado para la mejor resolución del problema planteado.  

La Inteligencia en la planificación previa. Dirigida a obtener información lo más detallada posible sobre el riesgo y el territorio, que facilite identificar las condiciones potencialmente peligrosas, determinar la magnitud de las consecuencias y prever las necesidades y exigencias de cada caso, y con ello, facilitar el planeamiento de acciones viables y la concreción de recursos, prioridades y tiempos.

Modelo de planificación por etapas guiado por la Inteligencia:

  • Análisis de la Misión
  • Estudio del Ambiente
  • Estudio de los Factores de la Situación
  • Desarrollo de las Líneas de acción
  • Toma y exposición de la Decisión
  • Desarrollo del Plan o de las ordenes

La Inteligencia en la ejecución de planes y su evaluación. Aunque se pueda pensar que lo más inmediato es la rehabilitación y reconstrucción de las áreas afectadas, el planeamiento debe ser sistemático e incluir:

  • Prevención, protección y predicción, incluye la recogida y análisis de datos sobre el suceso, a fin de evaluar y determinar la correspondiente vulnerabilidad del territorio, instalación o servicio afectado.
  • Gestión de graves emergencias, comprende las acciones sobre la percepción del peligro dado y la organización de la respuesta rápida. Incluye la alerta, la activación de los planes de intervención y evacuación, y el despliegue del apoyo logístico; así como, la formulación de programas informativos.
  • Actuaciones post-desastre. Información y lecciones aprendidas, referida a la mejora y rehabilitación de servicios vitales e instalaciones críticas, el entrenamiento y simulacros, y la investigación de los hechos causantes.

La Inteligencia en la logística de distribución a intervenciones. El conocimiento de la situación en tiempo real es el objetivo principal de una adecuada logística de distribución conjunta, ya que permite enfocar y obtener mejor habilidad de despliegue, proporcionando, según prioridades: > el apoyo necesario de recursos y capacidades, a los agentes actuantes; así como, > visibilidad de las capacidades y limitaciones del sistema logístico, y > visibilidad para mejor definir la misión, los requerimientos y exigencias logísticas de cada suceso, a los organizaciones de apoyo nivel estratégico y operativo.

Inteligencia de seguridad para las diversas exigencias de seguridad de las operaciones. La logística de inteligencia para la seguridad, es el conocimiento y la organización de actividades de prevención, protección y respuestas adecuadas ante incidencias, con la finalidad de asegurar el apoyo de seguridad que necesita la gestión y atención al desastre en la consecución de su función y desarrollo de actividades.

En asuntos de logística de seguridad y seguridad para la logística, la existencia de una crisis o un suceso catastrófico, también incorpora otras amenazas adicionales y junto a ellas mayores necesidades de seguridad humana y de las propias operaciones de atención al desastre, destacan entre otras: Seguridad de las operaciones, de las personas afectadas, del sistema de gestión de las operaciones, del personal actuante, de las comunicaciones propias, de los recursos y servicios implicados, de las operaciones humanitarias, de los datos personales de los afectados; así como, colaborar en el rescate y evacuación, ordenar el tráfico, aislar zonas, garantizar la seguridad de los bienes, investigar el suceso e instruir diligencias, y demás actividades de seguridad, investigación y orden aplicables.

Infraestructura de información y redes, y respuesta rápida.   Acortando el ciclo de respuesta

Inteligencia de precisión para intervención y respuesta rápida. La mayor urgencia por demanda de conocimiento especializado y actual por parte del personal actuante, será el primer efecto tangible de necesidad de información útil en tiempo real, incluso anticipatorio. Debido a esto, las actividades de inteligencia necesitaran desarrollarse en lapsus de tiempo menores y acelerar procesos y flujos de conocimiento especializado entre quien produce la inteligencia y quien la consume. En definitiva, posibilitar la calidad y la rápida respuesta a las demandas de información operativa.

Ambiente informativo y sistemas interconectados. Los medios de inteligencia deberán de proporcionar un conocimiento preciso del área afectada, que permita conocer, en tiempo real, a todos los actores actuantes: situación, peligros y todos los datos significativos con respecto al problema y soluciones.

Acortando el ciclo de respuesta. La tendencia en materia de gestión del riesgo y atención a desastres suele ser la mayor sensibilidad al tiempo cronológico, es decir, en acortar el intervalo de tiempo que trascurre entre el inicio de un incidente, hasta el momento de intervención y solución del mismo.

Para adoptarse a estas nuevas velocidades, de consumo inmediato de inteligencia de precisión, para la acción, en el que entra el juego la calidad y oportunidad de la información y el tiempo cronológico, se requerirá automatizar la mayor parte posible del proceso y producción de inteligencia y los usuarios.

Esto se logra, acortando el ciclo de respuesta, mediante el empleo de avanzadas e-tecnologías de la información y redes inteligentes rápidas y potentes, y procedimientos probados y prácticos. Esta filosofía conduce a enlazar bajo una Infraestructura de Información y Logística basada en la Inteligencia, todos los componentes y actuantes del sistema.

Potenciar una red global de incidencias on-line. Las e-tecnologías, la arquitectura web, las nuevas redes inteligentes (5G, internet de las cosas…), y su entorno de aplicación interconectado e interactivo, facilitaría la adecuación operativa y digital, y con ello la conectividad y posibilidad “Plug & Play” (enchufe y listo) en tiempo real, de cualquier sistema actuante en la atención a un desastre.

Compatibilidad, interconexión e interoperabilidad. La adaptación digital y, un enfoque colaborativo y de fomento de estrategias y procesos compatibles y cohesionados, agilizaría y vincularía de forma natural, las operaciones directas de intervención sobre los sucesos, con las de apoyo de inteligencia, logística y seguridad, dentro de una eficaz respuesta rápida y una eficiente gestión y atención a desastres.

En teoría, el problema sería cohesionar mediante dichos sistemas y redes (“inteligentes” y tradicionales), los diferentes eslabones y actuaciones de la cadena de gestión y atención a desastres.

 

Más información acerca de un “Sistema de Sistemas accionable”, ver artículo anterior Inteligencia, Comunicaciones y Seguridad, 4 septiembre, 2017.

 

Jesús Villasante

 Asesor en asuntos de Inteligencia y Seguridad

Comandante de Artillería (en la reserva)

 

Referencias bibliográficas:

Vicente Carrasco Arias. Curso Gestión de Riesgos Catastróficos y Atención a Desastres. AECI, agosto 2003, marzo y abril 2004

Robert McKay and Kathy Flowers. The transformation of logistics. MR September 2001

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