El valor de la Seguridad y la Seguridad como Valor. Derecho, Necesidad y Garantía.

Permítanme que comparta con Uds., los lectores, algunas confesiones y reflexiones en torno a la seguridad en general y la privada en particular, en este mi primer artículo al respecto.

Si hace tan solo un año alguien me hubiera asegurado que mi incorporaría profesionalmente al ámbito de la seguridad privada, no le hubiera creído. Sin embargo, así ha sido y tengo que reconocer que, aun siendo un espacio con el que no estaba familiarizado, ha despertado mi interés. Seguro que a ello han contribuido decisivamente quienes depositaron su confianza en mí y ejercen hoy como maestros y mentores en esta nueva andadura, una fase más de ese aprendizaje permanente y continuo que es inherente a nuestra vida.

En la definición del concepto “seguridad”, éste aparece necesariamente relacionado con el de “libertad”. Aunque existen posicionamientos que se inclinan por enfoques en los que ambas pueden entrar en contradicción, yo soy de la opinión de que son compatibles, considero que, a más seguridad, más libertad y que sin seguridad no hay libertad. El legislador también los relaciona y lo hace otorgándoles la condición de derecho, incluyéndolos en el grupo de derechos fundamentales de nuestra Carta Magna, más concretamente en su art.17:

(1) Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la forma previstos en la ley.

La Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada profundiza más y habla de la seguridad como “ un valor jurídico, normativo, político y social”. “(… )Es uno de los pilares primordiales de la sociedad, se encuentra en la base de la libertad y la igualdad y contribuye al desarrollo pleno de los individuos (…)La seguridad, entendida como pilar básico de la convivencia ejercida en régimen de monopolio por el poder público del Estado, tanto en su vertiente preventiva como investigadora, encuentra en la realización de actividades de seguridad por otras instancias sociales o agentes privados una oportunidad para verse reforzada, y una forma de articular el reconocimiento de la facultad que tienen los ciudadanos de crear o utilizar los servicios privados de seguridad con las razones profundas sobre las que se asienta el servicio público de la seguridad”.

La Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, considera a ésta “(…) como uno de los elementos esenciales del Estado de Derecho. Las demandas sociales de seguridad ciudadana van dirigidas esencialmente al Estado, pues es apreciable una conciencia social de que sólo éste puede asegurar un ámbito de convivencia en el que sea posible el ejercicio de los derechos y libertades, mediante la eliminación de la violencia y la remoción de los obstáculos que se opongan a la plenitud de aquellos. La Constitución establece una atribución genérica de competencia al Estado en materia de Seguridad Ciudadana, atribuyendo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad el proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la Seguridad Ciudadana”. La seguridad responsabilidad formal y legal del Estado, con el auxilio y refuerzo de la seguridad privada, pero también responsabilidad de todos y cada uno de nosotros.

La seguridad es a su vez una necesidad. Maslow, en su pirámide de las necesidades humanas la incluye entre las más importantes y prioritarias en cuanto a su satisfacción, situándolas en el segundo peldaño por detrás de las necesidades fisiológicas y dentro del grupo de necesidades que se orientan a la seguridad personal, al orden, la estabilidad y la protección.

Pirámide de Maslow

 

La seguridad entendida como requisito sine qua non para la defensa de los derechos y legítimos intereses de los ciudadanos y la seguridad privada en particular, como una parte indispensable para cumplir con ese objetivo, complementando a la seguridad pública y con una función eminentemente preventiva. La seguridad es garantía de una sociedad más libre y protegida con mayor bienestar y calidad de vida.

El papel que desde sus orígenes viene desempeñando la seguridad privada en España la ha convertido en un poderoso, eficaz y necesario instrumento al servicio de la seguridad colectiva. Su desarrollo y evolución la sitúa como un sector maduro, puntero y a la vanguardia a nivel europeo y mundial que cuenta con más de cien mil profesionales. Un sector sólido que apuesta por la innovación, la formación, la cualificación y especialización en sus equipos y procedimientos de actuación. Es parte coadyuvante de la seguridad pública y desarrolla una labor auxiliar y complementaria de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Su principal y más importante activo, los profesionales que ponen rostro al trabajo que realizan, todavía no lo suficientemente conocido ni reconocido.

Seguridad pública y privada forman un tándem cuya acción colaborativa redunda, sin duda, en beneficio de todos. El sometimiento a nuestro ordenamiento jurídico y la fidelidad a esa colaboración y a los objetivos comunes que perseguimos están fuera de toda duda y marcan en todo momento nuestra hoja de ruta.

La seguridad es un derecho, un valor, una necesidad y garantía para la libertad atribuida competencialmente al estado. La seguridad privada es el aliado y colaborador necesario del Estado para su consecución. Todo lo destinado a alcanzar esa meta a la que todos aspiramos, no puede ser considerado como gasto, es y será siempre una inversión.

 

“Cada lugar donde nos sentimos seguros es un tesoro”

Jan Jansen

 

 

Higinio Almagro

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