El Informe Anual de Seguridad Nacional 2019 proporciona un análisis de seguridad nacional, haciendo un diagnóstico integral de los quince ámbitos de la Estrategia de Seguridad Nacional. Se trata de un ejercicio de transparencia y claridad, en cumplimiento del compromiso con la sociedad española.
Ha sido elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, en su condición de Secretaría Técnica y Órgano de Trabajo Permanente del Consejo de Seguridad Nacional con la colaboración de diversos ministerios y organismos e incorpora las tendencias de cada uno de los 15 ámbitos- pilares de la seguridad nacional- analizados.
En cuanto al terrorismo, el yihadista sigue constituyendo una amenaza destacada y a tener en cuenta en España.
Frente a la decadencia estructural del DAESH, con la pérdida de territorio en la zona de Siria e Irak y la muerte de su líder Al-Baghdadi en 2019, hay que considerar el contrapunto que supone la adhesión al DAESH de grupos yihadistas de carácter local, el asentamiento en Libia, el incremento de la amenaza terrorista en el Sahel, Oriente Próximo y el sudeste asiático y la persistente amenaza de Al Qaeda y sus franquicias de carácter local.
La cooperación europea está enfocada a debilitar la capacidad de las organizaciones terroristas para actuar en suelo comunitario, aunque no se descarta que se puedan producir actos llevados a cabo por los denominados Homegrown Terrorist Fighters, individuos crecidos en algún país occidental que, previamente radicalizados, atacan en su propia área de residencia.
Las células autóctonas mantienen su capacidad operativa para atentar contra sus objetivos occidentales: las fuerzas y cuerpos de seguridad, el personal militar y la población civil.
Por otra parte también persiste la amenaza del retorno de los combatientes terroristas extranjeros desde las zonas en conflicto.
Se considera que en los próximos años el terrorismo yihadista mantendrá su actividad en redes sociales y el ciberespacio, y seguirá suministrando información para la fabricación artesanal de explosivos y el empleo de nuevas tecnologías, entre las que es previsible que los vehículos no tripulados ocupen un papel destacado.
Los grupos yihadistas suelen operar a través de pequeñas células que se autofinancian, obteniendo sus fondos en España o en países cercanos, sin necesidad de contar con el apoyo de la matriz del grupo terrorista.
Por tanto, a nivel operativo, uno de los retos más significativos es la identificación y neutralización de los actores solitarios en las fases inmediatamente previas a que se realice el ataque.
En ciertos países del Sahel y el Magreb, la defensa de intereses españoles, ya sean empresas o personas españolas desplegadas en el terreno, requerirá que España fomente más apoyo y coordinación por parte de las autoridades locales. Libia y Mali seguirán siendo los focos de desestabilización más importantes.
España contribuye a la prevención del terrorismo a través de su implicación en misiones y operaciones en el exterior, siendo el Magreb la región con mayor impacto sobre España, dada su proximidad geográfica y la gran comunidad magrebí residente en el país.
A nivel nacional, el intercambio de información ha permitido desmantelar grupos que, en su mayor parte, se dedicaban a la captación de combatientes y a la diseminación de propaganda yihadista radical y contraria a la integración. En este sentido existe una fluida cooperación entre el CNI, la Policía Nacional, Guardia Civil y policías autonómicas.
A nivel europeo, desde el año 2011 las aduanas europeas realizan de forma coordinada, tareas de análisis de riesgo de seguridad y protección de los ciudadanos de la UE en relación a las mercancías transportadas que transitan por territorio comunitario.
En 2019, se realizaron 58 detenciones en España, en 32 operaciones en la lucha contra el terrorismo yihadista, volviendo a cifras de años anteriores, duplicando el número de detenidos de 2018. A estas cifras habría que añadir otras 10 detenciones, en operaciones policiales realizadas en otros países, en colaboración con las FCSE españolas.
En relación con el terrorismo nacional, las actuaciones policiales y judiciales están consolidando cada vez más la desarticulación efectiva de organizaciones como Resistencia Galega o GRAPO, mientras que el terrorismo de corte anarquista sigue siendo residual. Al mismo tiempo, continúan los esfuerzos en la investigación de atentados con víctimas mortales cometidos por ETA (Euskadi Ta Askatasuna) y que permanecen sin resolución judicial. En este sentido, cabe destacar la detención, el 16 de mayo en Francia, del fugado José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, alias Josu Ternera. Por otra parte, la detención por la Guardia Civil el 16 de junio de 2019 de cuatro miembros de la organización terrorista Resistencia Galega – dos de los cuales estaban en la lista de los más buscados desde 2006, con nueve acusaciones pendientes entre las que se encontraban organización terrorista, tenencia ilícita de armas y transporte de explosivos – ha contribuido a la derrota operativa de este grupo, aún no disuelto formalmente.
En términos de financiación, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, mantuvo encuentros con el sector privado para la sensibilización y puesta en común de las amenazas en el ámbito de la financiación del terrorismo sobre la base del documento al respecto elaborado por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Además, la Evaluación Mutua de España en el Plenario GAFI de octubre de 2019 en París alcanzó muy buenos resultados, elaborando, entre otros, un análisis nacional de riesgos, en el que se incluye un estudio específico y completo sobre la situación de las organizaciones sin fines de lucro y su papel como posibles canalizadoras de fondos a actividades terroristas.
Las FCSE han colaborado de forma activa durante este año en numerosos foros y grupos de trabajo relacionados con los explosivos, materiales nucleares, radiológicos, biológicos y químicos (NRBQ) tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
Asimismo, han realizado diversos simulacros de atentado terrorista, con diferentes escenarios, con el objetivo de poner a prueba las capacidades de actuación y coordinación con otros actores implicados.
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Gustavo Romero Sánchez
Gestor de Redes y Recursos Informáticos en el sector de la Seguridad.
Criminólogo y Antropólogo Forense
Tutor Tecnológico en Curso Superior de Ciberseguridad