Año 2010. Febrero. Días 10 y 11. Se desarrolla en Australia la Operación Titstorm: ciberataques a páginas web del Gobierno y Parlamento australiano. Atacante: Anonymous. Instrumento principal: Denegación de Servicios. La Operación Titstorm (“Tormenta de tetas”) también involucró bromas telefónicas, faxes con spam, faxes negros[1] y correos electrónicos con contenido pornográfico. Motivo: la política de restricciones a internet que iba a imponer el Gobierno, mediante la Internet Censorship Policy (Política de Censura a Internet) para hacer de internet un lugar seguro para niños y jóvenes australianos. Con mayor concreción, esta Política de Censura prohibiría, entre otras, imágenes pornográficas de personajes animados, de eyaculación femenina, de violación o de senos pequeños (por poder parecer por debajo de la edad legal). El nombre que Anonymous da a la operación se basa precisamente en esto último.
El Ministro de Comunicaciones australiano, Stephen Conroy, había declarado que los sitios que serían prohibidos habrían de ser seleccionados por un “organismo de clasificación independiente guiado por quejas públicas”.
La forma en que Anonymous decidió mostrar su disconformidad fue cubrir la Home de la página web del Primer Ministro con pornografía y tumbar la del Parlamento australiano inundando sus servidores, enviando, en algunos momentos, hasta 7.5 millones de solicitudes por segundo. Anonymous presentó un comunicado en el que afirmaba que:
- El gobierno australiano aprenderá que uno no se mete con nuestro porno. Nadie se mete con nuestro acceso a contenido perfectamente legal (o ilegal) por ningún motivo.
- Ningún gobierno debería tener el derecho de rechazar el acceso de sus ciudadanos a la información únicamente porque perciben que es ‘no deseada’.
- De hecho, la única interpretación posible de ‘contenido no deseado’ es contenido que el propio gobierno no quiere que se vea.
El fondo del asunto, es decir, el problema de la censura no es, desde luego, fácil de resolver. En su día, el vicepresidente de Electronic Frontiers Australia[2], Geordie Guy, sostenía que la Internet Censorship Policy era como “tratar de prohibir los robos prohibiendo imágenes de palancas«. Y decía algo más: «Usted detiene los robos de la misma manera que detiene la pedofilia: atrapando a los perpetradores. Si el gobierno cierra estos sitios web la Policía Federal Australiana tendrá más dificultades para rastrear a los verdaderos delincuentes«. No obstante esta opinión Electronic Frontiers Australia condenó estos ciberataques.
Por su parte, Nicholas Perkins, cofundador de Stop Internet Censorship, calificaba de inútiles y contraproducentes estos ciberataques: “Al intentar derribar o desfigurar los sitios web del gobierno, una minoría de usuarios de Internet ha prestado atención negativa a lo que es un tema muy importante para los australianos. Sería mucho más útil para estas personas poner sus esfuerzos detrás de una acción legítima para detener este intento ineficaz e ineficiente de censura por parte del gobierno australiano«. Aunque también decía Perkins que “los burócratas y políticos del gobierno no deberían tener el derecho de decirles a los padres a qué pueden acceder o no sus hijos, ya que debe ser una decisión basada en los valores individuales de los padres, no en los de un burócrata”. Este es un argumento muy conocido en España, aunque aquí lo hemos visto aplicado a otro tipo de asuntos, como la libertad de enseñanza religiosa o la enseñanza de la lengua.
Anonymous dice luchar por la transparencia, la libertad de expresión y los derechos humanos, y su lema afirma que:
El conocimiento es libre.
Somos Anónimos.
Somos Legión.
No perdonamos.
No olvidamos.
¡Espéranos!
Un movimiento sin líderes conocidos, sin caras visibles, al que alguno, en una exageración digna de mejor causa, llegó a denominar como “la primera superconciencia basada en internet”.
Ricardo Vidal
Director de Seguridad Dpto. nº 967
[1] El Black Fax o Fax negro es aquel que, habitualmente con varias páginas, está cubierto de un tono negro uniforme, con la intención del remitente de que el receptor gaste la mayor cantidad posible de tinta, tóner y papel, generando un gasto. Tan sencillo como enviar un papel negro por fax.
[2] Electronic Frontiers Australia es una organización no gubernamental australiana sin ánimo de lucro que representa a los usuarios de Internet preocupados por las libertades y derechos en línea. El objetivo principal de Electronic Frontiers Australia es proteger y promover las libertades civiles de los usuarios y operadores de sistemas de comunicaciones informáticos como Internet.