Terrorismo: tercera oleada.

Los años ’60 del siglo XX no sólo aportaron una década prodigiosa en muchos aspectos. También trajeron una nueva oleada de terrorismo, de inspiración extremo-izquierdista.

Grupos que surgieron fundamentalmente en la Europa Occidental, en Estados Unidos o en Oriente Medio, impulsados por la Guerra de Vietnam, la revolución castrista y por la defensa de las “masas oprimidas” del Tercer Mundo, sobre todo. Y todo ello en el marco de la guerra fría.

La Rote Armee Fraktion (RAF, Fracción del Ejército Rojo o Baader-Meinhof) en la República Federal Alemana, las Brigadas Rojas en Italia, la Action Directe en Francia, o los GRAPO en España, son algunos de los grupos que surgieron en Europa. En Estados Unidos, el American Weather Underground. También ocurre que elementos que pertenecen a una oleada anterior, como el IRA, gira a la izquierda para convertirse en un grupo mixto, a caballo entre la oleada anterior y la presente. Asimismo, y como bien nos recuerda Rapoport algunos grupos terroristas presentan una mixtura en sus motivos, añadiendo el carácter nacionalista al extremo-izquierdista; así, ETA, ASALA (Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia), Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC), y otros.

En Latinoamérica también se presenta este tipo de terrorismo, aunque con características propias en diversos aspectos. Perfiles más cercanos a agrupaciones revolucionarias que utilizaban la guerrilla para combatir a las autoridades; así los Montoneros en Argentina, los Tupamaros en Uruguay o Sendero Luminoso en Perú.

Si miramos la época desde el punto de vista del terrorismo internacional, son los grupos palestinos los que dominan la escena. Al Fatah y, posteriormente, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), con el futuro ganador del Premio Nobel de la Paz Yasser Arafat, al frente primero de una y luego de otra.

Estos grupos operan fundamentalmente mediante el atentado, el secuestro y la toma de rehenes.

La acción quizá más conocida de estos grupos la llevó a cabo “Septiembre Negro” (una organización ligada a Al Fatah). La Operación Ikrit y Biraam se llevó a cabo entre los días 5 y 6 de septiembre de 1972. Durante los Juegos Olímpicos de Munich, Septiembre Negro tomó como rehenes a miembros del equipo olímpico israelí. Está toma de rehenes fue retransmitida por televisión a todo el mundo. La acción terminó costando la vida a 11 atletas israelíes, 5 terroristas y un policía alemán. Sin embargo, y a pesar de que tácticamente la Operación Ikrit y Biraam fue un fracaso sin paliativos, a nivel estratégico resultó un éxito incontestable: mostraron al mundo, a una audiencia olímpica, la causa palestina. Y ello se tradujo en la captación de más efectivos humanos procedentes de otras partes del mundo árabe. Pero hubo otras consecuencias: Alemania, Gran Bretaña y Francia crearon unidades especializadas en acción antiterrorista, así el GSG-9, el SAS y GIGN respectivamente. Estados Unidos dispuso de una unidad contraterrorista, la Blue Light, perteneciente al 5º Grupo de Fuerzas Especiales (Aerotransportadas), que fue el precedente de la Delta Force. Asimismo, Israel decidió su venganza por la masacre de Munich: la Operación Bayoneta, conocida con posterioridad como Operación Cólera de Dios. Con la autorización de la Primera Ministra de Israel, Golda Meir, se planificó y ejecutó el asesinato de individuos que para Israel habían tenido algún tipo de implicación con la acción de Munich.

Por parte de grupos europeos la acción más conocida de esta oleada, llevada a cabo por las Brigadas Rojas el 16 de marzo de 1978, fue el secuestro y posterior asesinato del ex-Primer Ministro de Italia, Aldo Moro. Una acción que costó la vida a los cinco miembros del equipo de seguridad del Primer Ministro. Italia tuvo una muy intensa actividad terrorista en la década de 1970; grupos de extrema izquierda, pero también grupos neofascistas, como Ordine Nuovo.

En Alemania la Rote Armee Fraktion, o Baader-Meinhof, fue muy activa. Desde el atentado en las imprentas de la editora del diario Bild, Springer Verlag, que causó 38 heridos el 19 de mayo de 1972, al secuestro del Vuelo 181 de Lufthansa el 13 de octubre de 1977.

El Ejército Rojo Japonés que, a pesar de su nombre y origen nipón, se fundó en Líbano en 1971. Entre las particularidades de este grupo está el hecho de que fue fundado y liderado por una mujer, Fusako Shigenobu.

Mientras tanto, en Nicaragua un comando sandinista asaltaba el Palacio Nacional de Managua, sede del Congreso nicaragüense, y secuestraba a los ministros nicaragüenses de Gobernación y Hacienda y a medio centenar de diputados. La lista de este tipo de acciones terroristas en la época sería interminable. Rapoport refiere que “en los catorce años posteriores a 1968, hubo numerosos incidentes internacionales, 409 secuestros y 951 rehenes tomados”.

También el secuestro de aviones comerciales fue una constante. En la década de 1970 se dieron más de un centenar de este tipo de acciones. Los más conocidos sean probablemente los secuestros de Dawson’s Field (del 6 al 13 de septiembre de 1970) por parte de un grupo palestino, o el secuestro del vuelo 139 de Air France (entre el 27 de junio y el 4 de julio de 1976) de terroristas palestinos y alemanes, que dio lugar a una operación de rescate israelí: la Operación Trueno u Operación Entebbe.

Pero si existe un hecho destacable es el de la colaboración entre distintos grupos. Es conocido el hecho de que organizaciones terroristas palestinas ayudaron a formar para la acción a elementos de otros grupos. Entre ellos, un primer grupo, en junio de 1970, que incluía a Andreas Baader, Ulrike Meinhof y Gudrun Ensslin. También el Ejército Rojo Japonés, el IRA o ETA se beneficiaron de este adiestramiento por parte de grupos palestinos fundamentalmente en distintas zonas de Oriente Medio y norte de África.

Son los años 70 los que ven surgir la terrible figura de Ilich Ramírez Sánchez, al que todos conocemos como Carlos el Chacal. Ilich que comenzó como un joven revolucionario formado en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú y de la que fue expulsado por su gran afición a las fiestas y a las mujeres, se convirtió en un terrorista que protagonizó importantes fracasos en sus acciones. Se vinculó al Frente Popular de Liberación de Palestina para finalmente convertirse en un mero mercenario que a veces actuaba por propia iniciativa, como en las acciones terroristas que llevó a cabo para que las autoridades francesas liberaran a su compañera sentimental, Magdalena Knopp, miembro de la Baader-Meinhoff, que había sido detenida, juzgada y condenada en el país galo.

 

Ricardo Vidal

Director de Seguridad Dpto. nº 967

Coordinador del Programa Superior en Terrorismo Yihadista.

Coordinador del Curso Superior de Protección de Infraestructuras Críticas.

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