La propaganda por el hecho.

El terrorismo anarquista nace en Rusia, y desde allí se expande. Guiados por las doctrinas de Bakunin, Kropotkin, Pisacane y otros, este primer terrorismo moderno hace un llamamiento al uso de la violencia para alcanzar objetivos políticos y hace también uso de las nuevas tecnologías de la época, sobre todo la dinamita para la ejecución de las acciones y el telégrafo para la comunicación y difusión de las mismas.

Naródnaya Volya (Voluntad del Pueblo) fue una de las organizaciones más importantes de este primer terrorismo; sus miembros eran también conocidos como nihilistas. Su acción más más impactante y conocida fue el asesinato del Zar Alejandro II el 13 marzo de 1881, en San Petersburgo.

El atentado contra el Zar se llevó a cabo mediante el lanzamiento de una bomba por parte de Nikolai Rysakov. Un segundo artefacto fue lanzado por Ignacy Hryniewiecki, y fue éste quien efectivamente acabó con la vida del Zar. Esta segunda bomba también hirió mortalmente al terrorista, quien solo pudo sobrevivir a su víctima unas horas. Rysakov, por su parte, fue detenido y durante su interrogatorio ofreció información suficiente para dañar seriamente a la organización terrorista y para que varios de sus compañeros fueran, asimismo, capturados. Rysakov fue condenado a muerte y ejecutado por ahorcamiento el 15 de abril de 1881, no sin ver antes como eran ejecutados también Kibalchich, Perovskaya, Mikhailov y Zhelyabov. Tenía 19 años.

El atentado no tuvo el resultado esperado: el inicio de una revolución anti-zarista. Por el contrario, supuso el inicio de una ofensiva del Estado que acabó con Narodnaya Volya. Este grupo era dirigido por Sergéi Necháyev, y eran firmes partidarios del lema “la propaganda por el hecho”.

Necháyev, conocido por su “Catecismo revolucionario” y su “Programa de actividades revolucionarias”, creó Naródnaya Rasprava (Venganza del Pueblo), una sociedad secreta. En Zurich, en 1872, asesinó a uno de sus compañeros de la sociedad secreta, motivado por el hecho de que aquel iba a abandonar la organización. Fue detenido y devuelto a Rusia, donde fue condenado a 20 años de trabajos forzados. Es en prisión donde toma contacto con Naródnaya Volya.

El modelo de “propaganda por el hecho” se exportó con éxito, y así en Francia el anarquista François Claudius Koënigstein, más conocido por Ravachol, atentó contra un juez, también contra un consejero-procurador y contra una Comisaría de París. Ravachol fue detenido y ejecutado, y en venganza contra esta ejecución otro anarquista, Auguste Vaillant, arrojó una bomba contra la Cámara de Diputados del Palacio de Bourbon, en París, el 9 de diciembre de 1893.

El 24 de junio de 1894, el anarquista italiano Sante Geronimo Caserio apuñaló y dio muerte a Marie François Sadi Carnot, Presidente de la República Francesa.

En España otro anarquista italiano, Michele Angiolillo, acabó con la vida del Presidente del Gobierno Español, Antonio Cánovas del Castillo, en el balneario de Santa Águeda (Guipúzcoa) disparándole tres veces. Era el 8 de agosto de 1897.

Es también muy conocido el asesinato, el 10 de septiembre de 1898, de la Emperatriz de Austria, Isabel Amelia Eugenia duquesa en Baviera, en los alrededores del lago Lemán, en Ginebra. El autor del asesinato fue Luigi Lucheni, de nuevo un anarquista italiano. Muchos años después la Emperatriz Isabel de Baviera se convirtió en un personaje muy popular merced a las películas que sobre ella rodó Ernst Marischka, con Romy Schneider encarnando el personaje (“Sissi”, en 1955, “Sissi Emperatriz”, en 1956 y “El destino de Sissi”, en 1957).

Como se puede comprobar mediante los atentados mencionados el asesinato de importantes personalidades políticas formaba parte de la táctica de estos primeros grupos terroristas. La lista de acciones terroristas de la época es larga.

La idea de que una acción de alto impacto tiene mayor capacidad de influencia para diseminar la revolución es el elemento principal de “la propaganda por el hecho”.

El origen del concepto “propaganda por el hecho” está en el artículo “La propagande par le fait”, publicado (sin firma) el 5 de agosto de 1877 en el Bulletin de la Fédération Jurassienne de l’Association Internationale des Travailleurs (Suiza). Su probable autor, Paul Brousse, concebía la acción como acto propagandístico.

Usar el recurso a la violencia, dotándolo de un objetivo político, y llevar a cabo acciones de alto impacto tendrá mayor potencia diseminadora de las ideas y objetivos revolucionarios que sustentan al propio acto terrorista, ya sean estos objetivos acabar con el Zarato o subvertir el orden político para favorecer a las clases trabajadoras. Es ese efecto propagandístico el que se busca; un atentado sin impacto público es ineficaz. Este efecto propagandístico es una constante histórica del terrorismo desde entonces.

 

Ricardo Vidal

Director de Seguridad Dpto. nº 967

Coordinador del Programa Superior en Terrorismo Yihadista.

Coordinador del Curso Superior de Protección de Infraestructuras Críticas.

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