Estos últimos días nos están dejando en la bandeja de entrada muchas noticias relacionadas con las agresiones y violencias sufridas por personal sanitario. Si algo nos demuestran los distintos registros estadísticos es que las Políticas de Prevención, siendo necesarias e insustituibles, deben ser complementadas con Políticas de Seguridad.
Algunas Comunidades Autónomas están ya alineándose con la idea de que hay que poner el foco de forma inequívoca en Planes de Seguridad específicos para acabar con este problema. Desde nuestro punto de vista este problema, como otros también de carácter antisocial, no se podrá erradicar únicamente con Políticas Preventivas. No son sólo las agresiones físicas las que debemos contemplar, sino que además el personal sanitario hace frente a insultos, coacciones y amenazas que -sinceramente opinamos- en buena parte de los casos no se pueden resolver con escucha activa o judo verbal. Estas violencias no son distintas a otras: aquí también hay un agresor y una víctima. Por ello es, desde nuestra visión, incontestable el hecho de que las víctimas han de ser protegidas.
Existen, lo sabemos, detonadores de estas violencias, algunos de los cuales provienen del hecho de que el Servicio Sanitario no cumple las expectativas o lo que el agresor siente como su necesidad, pero en ningún caso es esto una justificación para excusar el uso de la violencia, en cualquiera de sus formas. Una negativa a dar una baja puede terminar como el rosario de la aurora, o la negativa a prescribir un medicamento determinado que pide un paciente; la casuística es amplia. La realidad es que todo este tipo de situaciones va creando un sentimiento de intranquilidad, de desconfianza en el personal sanitario que a su vez genera una pérdida en la calidad del Servicio y, desde luego, una pérdida de confortabilidad en el puesto de trabajo.
Es una obligación de los Operadores Sanitarios, ya sean públicos o privados, establecer las medidas no sólo de prevención sino también de protección para el personal a su cargo. Recordemos que el derecho a la vida y a la integridad física y moral está recogida en el artículo 15 de nuestra Constitución, siendo el primero de nuestros Derechos Fundamentales. Y sobre éste artículo descansa, por ejemplo, la Norma Básica de Autoprotección que establece “la adopción de medidas destinadas a la prevención y control de riesgos en su origen«, así como «la actuación inicial en las situaciones de emergencia que pudieran presentarse”.
Es para todos una buena noticia la creación hace aproximadamente un año de la figura del Interlocutor Policial Nacional Sanitario (Comisario D. Javier Galván Ruiz) y de los respectivos Interlocutores Policiales Sanitarios a nivel territorial. Esta figura surge de un Protocolo sobre Medidas Policiales a adoptar frente a agresiones a profesionales de la salud (Instrucción 3/2017 de la Secretaría de Estado de Seguridad) que nace para dar respuesta al incremento del número de agresiones al personal sanitario en todo el territorio nacional. La erradicación de las agresiones al personal sanitario es, por tanto, uno de sus principales objetivos, y para ello, entre otras cosas, apuestan claramente por la creación de Departamentos de Seguridad, con un Director de Seguridad al frente, tal y como exige la Normativa, en las organizaciones sanitarias.
Si el artículo 51 de la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada, establece en su punto 1. que “las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, podrán dotarse de medidas de seguridad privada dirigidas a la protección de personas y bienes y al aseguramiento del normal desarrollo de sus actividades personales o empresariales”, el apartado d. del artículo 52 nos habla de medidas de seguridad organizativa, “dirigidas a evitar o poner término a cualquier tipo de amenaza, peligro o ataque deliberado, mediante la disposición, programación o planificación de cometidos, funciones o tareas formalizadas o ejecutadas por personas”. Y destaca “la creación, existencia y funcionamiento de departamentos de seguridad o la elaboración y aplicación de todo tipo de planes de seguridad”.
Para la Institución Policial es pertinente contar con interlocutores de referencia, es decir, los Directores de Seguridad al frente de Departamentos de Seguridad, y por ello realiza el esfuerzo de concienciar al Sector Sanitario en este sentido. Realmente esperamos que lo consigan.
Mª Angeles Vidal
Directora de Formación de Centro Andaluz de Estudios y Entrenamiento
Directora de Seguridad
Ricardo Vidal
Director de Seguridad Dpto. 967