La cámara acorazada es un elemento importante dentro de la seguridad física, especialmente en instalaciones donde se requiere un nivel elevado de protección, como bancos, entidades financieras, joyerías, museos…
Según la norma UNE-EN 1143-1, una cámara acorazada es un compartimento cerrado diseñado y construido para proteger su contenido contra ataques, incluyendo robo, incendio y otras amenazas. La norma establece los requisitos y criterios que estas cámaras deben cumplir para ser clasificadas en diferentes niveles de resistencia.
La UNE-EN 1143-1 es la norma que regula la seguridad de las cámaras acorazadas y otros sistemas de almacenamiento de seguridad, como cajas fuertes y puertas acorazadas. Esta norma clasifica las cámaras acorazadas en distintos grados de resistencia basados en la capacidad de la cámara para resistir ataques mediante métodos mecánicos, térmicos y explosivos. La clasificación se realiza mediante pruebas controladas que simulan los diferentes tipos de ataques a los que puede ser sometida la cámara acorazada.
Estos grados indican la capacidad de la cámara para resistir ataques durante un tiempo determinado, utilizando herramientas específicas. Esta clasificación es fundamental para determinar el tipo de cámara acorazada adecuada para una instalación en función del valor de los bienes a proteger y del nivel de riesgo al que están expuestos.
Las cámaras acorazadas se caracterizan por su construcción robusta, diseñada para ofrecer la máxima resistencia contra intentos de acceso no autorizado. Las características principales de una cámara acorazada incluyen su construcción, resistencia y los sistemas de acceso, como puertas y trampón.
La construcción de una cámara acorazada es un proceso altamente especializado que involucra el uso de materiales de alta resistencia y técnicas avanzadas de ingeniería. Las paredes, el suelo y el techo de una cámara acorazada están construidos con capas múltiples de acero de alta calidad, hormigón reforzado y, en algunos casos, compuestos de cerámica y otros materiales que ofrecen resistencia adicional contra ataques específicos, como los térmicos o explosivos.
El diseño de las cámaras acorazadas también incluye un aislamiento adecuado para proteger el contenido contra incendios y otros desastres naturales. En algunos casos, las cámaras acorazadas están equipadas con sistemas de detección de incendios y de supresión automática, como gases inertes o sistemas de rociadores, para ofrecer protección adicional.
La resistencia de una cámara acorazada se refiere a su capacidad para soportar ataques prolongados utilizando diversos métodos, como herramientas mecánicas, calor extremo o explosivos. Como se mencionó anteriormente, la resistencia se clasifica en diferentes grados según la norma UNE-EN 1143-1.
Cada grado de resistencia es el resultado de pruebas que simulan intentos de intrusión utilizando una serie de herramientas y técnicas que podrían ser empleadas por delincuentes. Por ejemplo, los ataques mecánicos pueden incluir el uso de taladros, sierras, y martillos neumáticos, mientras que los ataques térmicos pueden involucrar el uso de sopletes y cortadoras de plasma. La capacidad de la cámara acorazada para resistir estos ataques sin ser comprometida determina su clasificación en un grado específico.
Las puertas de las cámaras acorazadas son uno de los componentes más críticos en su construcción. Estas puertas están diseñadas para ofrecer un nivel de seguridad equivalente o superior al de las paredes de la cámara. Generalmente, las puertas acorazadas están fabricadas con múltiples capas de acero reforzado y otros materiales de alta resistencia, y están equipadas con cerraduras de alta seguridad, que pueden incluir combinaciones mecánicas, electrónicas o biométricas.
Algunas puertas acorazadas también incluyen sistemas adicionales, como cerraduras retardadas, que impiden su apertura durante un tiempo predeterminado después de que se haya iniciado el proceso de desbloqueo. Esto puede ser útil en situaciones de emergencia, como un asalto, proporcionando un margen de tiempo adicional para que llegue la ayuda.
El trampón es una característica adicional que se encuentra en algunas cámaras acorazadas y se utiliza para introducir o extraer objetos sin necesidad de abrir completamente la puerta principal. El trampón también está diseñado con los mismos principios de seguridad que la puerta principal.
El trampón permite realizar operaciones de depósito o extracción de valores de manera rápida y segura, minimizando el tiempo de exposición al riesgo durante estas operaciones. Al igual que las puertas, los trampones pueden estar equipados con sistemas de cerraduras de alta seguridad, incluyendo opciones de cierre retardado y bloqueos múltiples.
Los delincuentes utilizan una variedad de métodos para intentar acceder a cámaras acorazadas, y la capacidad de una cámara para resistir estos ataques es crucial para su efectividad. Los métodos más comunes de ataque incluyen:
- los ataques mecánicos, son quizás los más frecuentes e incluyen el uso de herramientas físicas para intentar forzar la entrada en la cámara acorazada. Entre las herramientas empleadas se encuentran taladros, sierras, palancas, martillos y cortadoras. Estos ataques buscan desgastar los materiales de la cámara o sus cerraduras para abrir un agujero lo suficientemente grande como para extraer los valores o acceder a la información protegida. Las cámaras acorazadas diseñadas bajo la normativa UNE-EN 1143-1 están específicamente construidas para resistir estos tipos de ataques. El uso de acero endurecido, refuerzos de hormigón y materiales compuestos permite que las cámaras soporten una cantidad considerable de fuerza física sin ceder. Además, la disposición estratégica de estos materiales dificulta que los atacantes identifiquen puntos débiles en la estructura.
- los ataques térmicos involucran el uso de calor extremo para debilitar o fundir los materiales de una cámara acorazada. Las herramientas típicas para este tipo de ataques incluyen sopletes de oxicorte, lanzas térmicas y cortadoras de plasma. Estos dispositivos generan temperaturas extremadamente altas que pueden dañar el acero y otros materiales que componen la cámara, abriendo así un camino para acceder a su interior. Para contrarrestar este tipo de ataques, las cámaras acorazadas de alta resistencia están construidas con materiales que tienen altos puntos de fusión y son capaces de disipar el calor de manera eficiente. Además, se pueden incluir capas de materiales cerámicos o compuestos que actúan como barreras térmicas, absorbiendo y dispersando el calor para evitar que penetre en el interior de la cámara.
- los ataques explosivos son métodos más agresivos y destructivos utilizados por delincuentes que buscan un acceso rápido a los contenidos de una cámara acorazada. Estos ataques suelen involucrar el uso de explosivos plásticos, como el C-4, o de explosivos improvisados que se colocan en las cerraduras o en los puntos estructurales más vulnerables de la cámara. Las cámaras acorazadas diseñadas para resistir explosivos incluyen una serie de medidas de protección. Estas pueden incluir la construcción de paredes y puertas con múltiples capas de acero y hormigón, diseñadas para absorber y disipar la onda de choque de una explosión. También pueden utilizarse refuerzos internos y estructuras de soporte diseñadas para mantener la integridad de la cámara incluso bajo fuertes explosiones. La resistencia a explosivos es uno de los criterios clave evaluados en las pruebas de certificación según la UNE-EN 1143-1.
En España, la regulación de las cámaras acorazadas está regida por varias normativas, siendo la más relevante la UNE-EN 1143-1 y el Reglamento de Seguridad Privada. Estas normativas establecen los requisitos que deben cumplir las cámaras acorazadas en términos de construcción, resistencia y operación.
Reglamento de Seguridad Privada
El Reglamento de Seguridad Privada en España, específicamente en su Artículo 121, regula la utilización y características de las cámaras acorazadas en establecimientos de seguridad. Este artículo establece que las cámaras acorazadas deben cumplir con las normas técnicas de seguridad aplicables, como la UNE-EN 1143-1, y detalla los requisitos mínimos que deben observarse en cuanto a su instalación y operación.
“Artículo 121: Las cámaras acorazadas de efectivo y de compartimentos de alquiler deberán tener las características y el nivel de resistencia que determine el Ministerio del Interior, y estar provistas de las siguientes medidas de seguridad:
a) Dispositivo mecánico o electrónico que permita el bloqueo de su puerta desde la hora de cierre del establecimiento hasta la primera hora del día siguiente hábil.
b) Sistema de apertura automática retardada, que deberá estar activada durante la jornada laboral, salvo las cámaras de compartimentos de alquiler, que habrán de disponer de sistema electrónico de detección de ataques conectado las veinticuatro horas.
En los supuestos en que las cámaras acorazadas, con la finalidad de permitir el acceso a su interior en caso de emergencia, cuenten con trampones, éstos podrán estar libres de cualquier dispositivo de bloqueo o temporización, siempre que sus llaves sean depositadas para su custodia en otra sucursal próxima de la misma entidad o grupo.
c) Detectores sísmicos, detectores microfónicos u otros dispositivos que permitan detectar cualquier ataque a través de techos, paredes o suelo de las cámaras acorazadas o de las cajas de alquiler.
d) Detectores volumétricos.
e) Mirillas ojo de pez o dispositivos similares, o circuito cerrado de televisión en su interior, conectado con la detección volumétrica o provisto de videosensor, con proyección de imágenes en un monitor visible desde el exterior.
Estas imágenes deberán ser transmitidas a la central de alarmas o, en caso contrario, la entidad habrá de disponer del servicio de custodia de llaves para la respuesta a las alarmas”.
El Reglamento de Seguridad Privada pone de relieve la necesidad de que las cámaras acorazadas estén dotadas de sistemas de alarma conectados a centrales receptoras de alarmas (CRA), que permitan la intervención rápida en caso de intento de intrusión.
Orden INT/317/2011, de 1 de febrero, sobre medidas de seguridad privada
Añadamos a lo anterior que la Orden INT/317/2011, de 1 de febrero, sobre medidas de seguridad privada, en su artículo 8 determina que:
Artículo 8: Cámaras acorazadas.
- Las cámaras acorazadas de nueva instalación habrán de estar delimitadas por una construcción de muros acorazados en paredes, techo y suelo; con acceso a su interior a través de la puerta y trampón, si lo hubiera, ambos acorazados.
El muro estará rodeado en todo su perímetro lateral por un pasillo de ronda con una anchura máxima de 60 centímetros, delimitado por un muro exterior con grado de seguridad II, según la Norma UNE-EN 1143-1.
- Los muros, puerta y trampón, si lo hubiere, de la cámara, habrán de estar construidos, de forma que, como mínimo, su grado de seguridad sea VII, según la Norma UNE-EN 1143-1.
- Las puertas de las cámaras acorazadas contarán con un dispositivo de bloqueo y sistema de apertura retardada de, como mínimo, diez minutos. Quedan exceptuadas del sistema de apertura retardada aquellas que contengan compartimentos de alquiler.
- La cámara estará dotada de detección sísmica, microfónica u otros dispositivos que permitan detectar cualquier ataque a través de paredes, techo o suelo y detección volumétrica en su interior. Todos estos elementos, conectados al sistema de seguridad, deberán transmitir la señal de alarma, por dos vías de comunicación distintas, de forma que la inutilización de una de ellas produzca la transmisión de la señal por la otra.
Los elementos que compongan el sistema electrónico de protección, deberán tener un grado de seguridad 3, conforme a lo establecido en la Norma UNE-EN 50131-1.
- El sistema de bloqueo de las cámaras acorazadas deberá estar activado desde la hora de cierre del establecimiento hasta la hora de apertura del día siguiente hábil.
- Las cámaras acorazadas cuya función sea únicamente la de contener el encaje diario de la oficina, se asimilarán a las cajas fuertes a efectos del grado de seguridad que deben cumplir, en los términos establecidos para ellas, en el artículo siguiente.
UNE-EN 1143-1
La UNE-EN 1143-1 es la normativa europea que regula los requisitos de seguridad para cámaras acorazadas y otros elementos de almacenamiento seguro, como puertas acorazadas y cajas fuertes. Esta norma es la referencia principal en Europa para la clasificación de la resistencia de estos dispositivos frente a ataques criminales.
La norma UNE-EN 1143-1 detalla los procedimientos de prueba que deben seguirse para certificar una cámara acorazada en un grado específico de resistencia. Estas pruebas incluyen simulaciones de ataques reales utilizando herramientas mecánicas, térmicas y explosivos. La norma también establece los criterios de evaluación para la clasificación de los grados de resistencia, que van desde el grado 0 hasta el grado XII.
Además, la UNE-EN 1143-1 especifica las características que deben tener las cámaras acorazadas para cumplir con los requisitos de cada grado, incluyendo el espesor de las paredes, la resistencia al calor, y la capacidad para soportar explosiones. También se contemplan las normativas para la fabricación, instalación, y mantenimiento de estas cámaras, asegurando que se mantenga la integridad y seguridad de las mismas durante todo su ciclo de vida.