Chokepoint: Ormuz

Tenemos estos días en Ormuz la respuesta a lo sucedido en el Estrecho de Gibraltar, donde el pasado 4 de julio el superpetrolero iraní Grace 1 fue interceptado por la Marina Real Británica, según parece a solicitud de EEUU. Irán acusó por ello a Gran Bretaña de complicidad con EEUU en una guerra económica. El posible conflicto presenta una cara a nivel regional, donde quienes se juegan los cuartos son Irán, Arabia Saudí, Siria, Israel y Turquía, y otra cara, global, en la que fundamentalmente hay que tener en cuenta a EEUU, China (principal importador del petróleo iraní) y Rusia.

Hace años que los expertos vienen advirtiendo de la potencial escalada de un conflicto en Ormuz. No son tampoco nuevas precisamente las amenazas iraníes de taponar el Estrecho.

Entre un 30 y un 40% del comercio mundial de crudo por vía marítima pasa por Ormuz. Su importancia alcanza, por tanto, el nivel de crítica, y es, indudablemente, una zona de muy alto valor estratégico.

El Estrecho de Ormuz es uno de los principales chokepoint, o punto de estrangulamiento, relacionado con el comercio mundial y, más específicamente, con la energía y el comercio del petróleo. Otros, de gran importancia son los Estrechos de Malaca, de Bab-el-Mandeb, el Canal de Suez, el de Panamá o el Estrecho de Gibraltar. Un chokepoint, no sólo relacionado con el mar o con el comercio, permite un uso, además de estratégico, táctico, como ocurrió con el chokepoint más conocido de la historia, el Paso de Las Termópilas, en el que merced a la ventaja táctica que ofrecía el Paso, los 300 espartanos de Leónidas I fueron capaces de contener durante varios días a un ejército, el persa de Jerjes I, de entre 100000 y 150000 enemigos en los últimos días de agosto del año 480 a.C.

Hace un año Trump decidió romper el acuerdo nuclear con Irán, aquel Plan de Acción Integral Conjunto (Joint Comprehensive Plan of Action, JCPoA), firmado por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido) junto Alemania (P5+1) e Irán, y que nunca fue del agrado de Arabia Saudí ni de Israel, ni de buena parte de los republicanos estadounidenses. Este Acuerdo, al eliminar las sanciones económicas, permitió a Irán el incremento de su producción de crudo. Pero al presidente norteamericano, que llevaba en su programa electoral la ruptura del Acuerdo, no le tembló el pulso y acompañó esa ruptura con otras medidas de presión, con la intención firme de dañar en lo posible la economía iraní persiguiendo que los ciudadanos del país tambaleen el régimen por escasez de recursos económicos, sin olvidar que existen minorías y grupos desafectos al gobierno de la República Islámica de Irán. La ruptura del Acuerdo Nuclear, acompañada de sanciones económicas a terceros países por mantener acuerdos comerciales con Irán, empuja a Irán en dirección de China y de Rusia.

Irán es, indudablemente, una potencia regional. Su posición geográfica le otorga capacidades de influencia no sólo en Oriente Medio, sino también en Asia Central y Afganistán. Además, y, por motivos distintos, puede contar con las simpatías rusas para generar desequilibrios que afecten a Europa, obteniendo una salida al Océano Índico, y algo similar podemos decir de China, a quien cualquier dispersión de esfuerzos estadounidenses en Asia-Pacífico le viene mejor que bien.

La intervención iraní en Yemen es otro de los asuntos que están bajo los focos. No debemos perder de vista que un eventual éxito iraní en Yemen le otorgaría control indirecto sobre el Estrecho de Bab-el-Mandel, que junto a Ormuz pondría en sus manos el control de dos accesos clave para la Península Arábiga, incrementando su peso en el comercio de crudo en la zona. Asimismo, Irán está potenciando el desarrollo del Puerto de Chahbahar que da salida al Océano Índico, y que junto al de Bandar Abbas, en aguas interiores del Estrecho de Ormuz, privilegia la posición iraní en la zona.

En definitiva, la retirada de EEUU del Acuerdo Nuclear y los sucesos de Gibraltar y Ormuz no son nada más que los aspectos más visibles hoy de un conflicto mayor y largamente larvado.

 

Ricardo Vidal

Coordinador y Profesor del Curso Superior de Protección de Infraestructuras Críticas

Director de Seguridad Dpto. 967

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