La investigación penal del delito ecológico.

LA PRIMERA FASE – La denuncia.

Como hemos comentado anteriormente, esta es la fase de la “Notitia Criminis” o el origen de cualquier investigación. En base al origen de donde proceda la noticia, podemos diferenciar esta por sus siguientes características:

• De oficio (procedente de cualquier grupo, unidad o agente policial).
• Orden Judicial.
• Orden de la Fiscalía,
• Denuncia de organismos de la Administración Publica.
• Denuncia de grupos ecologistas.
• Denuncia de ciudadanos.
• Denuncia anónima.

Esta ultimas forma de denuncia, merece una especial atención porque aunque la diferente jurisprudencia acepta este tipo de denuncia  como un principio valido para iniciar una investigación, no es menos cierto que un gran porcentaje de ellas vienen realizadas por motivos no ajustados a la legalidad como pueden ser, desavenencias vecinales, intereses económicos,  cuotas de mercado e incluso para desviar la atención de los investigadores en dirección hacia otro competidor del mismo ramo industrial.

En este caso, la denuncia anónima, para darle cobertura de legitimidad siempre lo reflejaremos en el libro de telefonemas (si es llamada telefónica) o en el registro de entrada oficial de la unidad que a recibe (en caso de que sea escrita), intentando aportar los máximos datos posibles del denunciante, y si fuese necesario, recuperando la grabación telefónica que cualquier teléfono de centralita policial dispone.

Hemos de entender que la gran mayoría de denuncias anónimas están vinculadas al miedo a represalias, o al miedo a perder el trabajo propio o de un pariente, con lo cual nos acota bastante el perfil del denunciante, más allá que lo haga desde un teléfono móvil y la centralita policial tenga identificación de llamadas.

En caso de que sea un agente de policial o alguna unidad del mismo cuerpo policial, se trataría de que el agente o los agentes realizasen una comparecencia delante del Instructor y Secretario y expusieran todos los hechos con el máximo de detalles.

Indiferentemente del grado de veracidad que perciban los agentes por motivo de su procedencia, todas las denuncias se deben comprobar inmediatamente (art. 269 LECr.) salvo que estas no revistiera carácter de delito o que la denuncia fuere manifiestamente falsa.

En este primer contacto a la búsqueda de los hechos denunciados, el investigador ira a ciegas, sin conocer el entorno, ni el proceso productivo de la empresa, y menos las características posiblemente toxicas de sus residuos.

Una primera consulta a Internet para saber a qué se dedica la empresa denunciada y por tanto tener una pequeña idea de qué tipo de residuos se pueden encontrar los investigadores, acotara la primera valoración de riesgos y la minimizara la posibilidad de posibles accidentes laborales.

En este sentido esta primera valoración de riesgos permitirá escoger el equipamiento adecuado para prevenir cualquier accidente laboral.

Más allá de la dotación habitual de un vehículo policial, los vehículos de los investigadores de Delitos Medioambientales están equipados con:

• Mostreadores para todo tipo de muestras (de superficie, de profundidad, solidas o liquidas…).
• Recipientes de todo tipo (botellas de Borosilicato de color marrón de 1 litro de capacidad con tapón auto-precintado, recipientes de plástico no degradable de 1, ó 2 kilogramos, botellas estériles tipo “Anaclin”, bolsas de plástico para pequeñas muestras…).

• Neveras portátiles con conexión a 12 voltios, con refrigeración a 4º C. para mantener fría la muestra durante el traslado la muestra hasta el laboratorio de referencia.
• Precintos policiales, y etiquetas autoadhesivas para la identificación del muestreo (núm. de referencia, fecha, hora, núm. diligencias, núm. de acta, ubicación de la muestra, firma, etc). Si hiciera falta se reforzaría la consistencia del precinto con cinta autoadhesiva transparente.

• Medidores “In Situ” de Oxígeno Disuelto, pH, Conductividad y Temperatura para comprobar en el momento de la toma de muestras.
• Guantes químicos (de nitrilo), y gafas anti salpicadura.
• Botas de agua, o vadeadores tipos pescador (hasta la cintura) por si fuera menester entrar en el agua.
• Mono o ropa de trabajo para poner encima de la del investigador y evitar su contaminación.
• Trazadores para comprobar el recorrido del contaminante, pudiendo ser de tres tipos:
  • Por colorimetría (fluoresceína)
  • Por conductividad (sal o cloruro sódico).
  • Por flotación (porexpan).

Y como equipamiento extraordinario, dependiendo del riego potencial al que se pueden ver sometidos los investigadores, también pueden llevar en el interior de su vehículo:

• Botellas y máscaras de respiración autónoma.
• Equipo NBQ hermético con respiración autónoma.
• Aparatos por lectura directa del grado de pureza el oxígeno (“canarios”).
• Botas de protección química, antideslizantes y de caño largo.
• Etc…

Al llegar al lugar de los hechos, las variables son múltiples, y a título de ejemplo, si se tuviera que entrar en una alcantarilla superior a los 80 centímetros de diámetro, antes de ejecutar ninguna acción se debe consensuar con su compañero/a que en definitiva será el/la que tenga que entrar a rescatarlo en caso de necesidad.

A la hora de entrar en una cloaca o canalización industrial, antes de entrar requiere una buena inspección ocular con todos los sentidos organolépticos (menos el gusto, por razones obvias) en estado de alerta, ¿para qué?, para detectar elementos que pueden, en un momento dado, salvar la vida a la persona que va a entrar.

Por ejemplo:  

• Cuando se entra en un lugar hostil como es una cloaca lo primero que hay que hacer es buscar insectos o arañas, ¿con que motivo?, su ausencia es el mejor indicador de que por esa canalización se producen emisiones peligrosas.
• También buscaremos ratas; en contra de la creencia popular, las ratas (si no se les acorrala, ni maltratan) cuando ven un ser humano huyen siempre. Se debe sospechar cuando los investigadores se encuentren en una canalización plagada de restos biológicos orgánicos de cualquier tipo y no observen la presencia de estos roedores.
• También deberán sospechar si la canalización es de hormigón y en su fondo presenta un surco de erosión. Por esa canalización se vierten o se han vertido residuos líquidos ácidos o básicos.
• Si dentro de la alcantarilla se localizan tubos de menor diámetro (normalmente de 90/120 cts.), de reciente creación y de PVC, pregúntense ¿por qué? los efluvios o emisiones gaseosas que acompañan a ciertos vertidos tóxicos se realizan por este tipo de conductos y si fuesen lanzados a la atmosfera podrían ser detectados por el olor, en cambio en una cloaca su olor queda disimulado.
• Si la zona del vertido es en el exterior, es decir al aire libre, y observamos que a su alrededor, la vegetación presenta un color diferente, apergaminado o quemada tengamos presente que por ahí se hacen vertidos con un pH radical.
• Lo mismo si vemos pequeños insectos muertos por la zona. En este sentido difícilmente encontraremos mamíferos dado su alto instinto de supervivencia, y porque en caso de respirar o ingerir parte del vertido su muerte sería más larga y agónica y su cadáver lo encontraríamos a unos centenares de metros.

En otro orden de cosas, y para prevenir riesgos innecesarios en la salud de los investigadores, todos ellos deben estar vacunados contra el Tétanos, las diferentes Hepatitis y el Tifus o cualquier enfermedad que se pueda contraer víricamente por inhalación respiratoria. 

Si en el momento de la comprobación de la denuncia, se está realizando un vertido sospechoso, los agentes intervinientes procederán a coger las primeras muestras sin entregar ninguna contra-muestra cómo se recomienda hacer cuando ya se tiene identificado al responsable del vertido, pero en este caso como todavía no se sabe la autoría, la muestra solo servirá orientativamente para comprobar el tipo de contaminantes y a que familia pertenecen, el grado de  concentración, y las características físico-químicas de estos y sus derivados.

Una vez recogidas las muestras con las garantías que marca el procedimiento internacional de recogida de muestras “Standard Methods” ^(1), etiquetadas y precintadas y firmadas por los instructores para garantizar que no pueden ser manipulables, se colocan en la nevera a 4º C para su traslado, se levanta acta de Inspección Técnico Policial y de Toma de Muestras firmándolas los instructores, y se realizan fotos para documentar todo lo expresado en el acta garantizándose así la cadena de custodia de las muestras hasta el laboratorio analítico de referencia.

En este sentido, recordar que la Sentencia del Tribunal Supremo (Sala de lo Penal) 208/2014, de 10 de marzo de 2014 considera que: “… la “cadena de custodia” es el conjunto de actos que tienen por objeto la recogida, el traslado y la conservación de los indicios o vestigios obtenidos en el curso de una investigación criminal, actos que deben cumplimentar una serie de requisitos con el fin de asegurar la autenticidad, inalterabilidad e indemnidad de las fuentes de prueba, y cuyo objetivo es garantizar la exacta identidad de lo incautado y de lo analizado”.

Tiene por tanto un valor instrumental que garantiza que lo analizado fue lo mismo que lo que se recogió, al establecer las reglas técnicas y jurídicas para que la investigación judicial sea conforme a Derecho evitando la perversión de los medios probatorios.

⁽¹⁾ “Standard Methods” se presenta como el protocolo de estandarización más comúnmente utilizado respecto al muestreo. Este protocolo emana de las ISO (Organización de Estandarización Internacional), concretamente de las ISO 5667/1,  5667/2, 5667/3 i la 6107/2. Este protocolo de muestreo, mundialmente aceptado, dirige la toma de muestras en todos los aspectos:

• Tipo de envase a utilizar de todos los parámetros muestreables
• Tiempo máximo de conservación de la muestra en laboratorio
• Lugar donde realizar el análisis (donde se toma la muestra o en el laboratorio)
• Adición de compuestos para la conservación de la muestra según sea el parámetro a analizar.
• Recomendaciones específicas sobre el muestreo.