Garganta Profunda y el Watergate
En 1972 “Garganta profunda» (Deep throat) se convirtió en un personaje fundamental para los Estados Unidos. Por dos motivos, aunque aquí solo nos interesa uno de ellos: el escándalo Watergate. Supongo que todos lo conocen de sobra, pero lo recuerdo brevemente: el 17 de junio de 1972, cinco hombres entraron ilegalmente en el edificio Watergate de Washington D. C., donde tenía su sede el Comité Nacional del Partido Demócrata norteamericano. El objetivo de la intrusión era instalar equipos electrónicos con los que poder espiar lo que allí ocurría.
El escándalo Watergate marcó un hito en la historia política de Estados Unidos y en la importancia del periodismo de investigación. Lo que, en principio, parecía un caso menor de allanamiento derivó en una de las crisis más graves del sistema democrático estadounidense, culminando con la dimisión del presidente Richard Nixon en agosto de 1974.
El papel de los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, del Washington Post, fue determinante en la investigación del caso. Sin embargo, la información que fueron recibiendo de un informante anónimo (Garganta Profunda) fue esencial para conectar la intrusión con la Casa Blanca. Gracias a este contacto, los periodistas lograron exponer una trama de espionaje, abuso de poder y encubrimiento orquestado desde las más altas esferas del gobierno. Más de 30 años después, en 2005, el informante reveló su identidad: Mark Felt, ex Director Asociado del FBI. Felt proporcionó detalles clave sobre cómo la Administración de Nixon trató de obstruir la justicia y ocultar las pruebas, lo que condujo a una serie de investigaciones que desembocaron en la dimisión del presidente.
El caso Watergate pone de manifiesto el valor del HUMINT (Human Intelligence), es decir, de la información obtenida a través de fuentes humanas. En este contexto, Felt actuó como un recurso de inteligencia al filtrar datos fundamentales a Bernstein y Woodward, permitiendo que la verdad saliera a la luz. Su testimonio evidencia la importancia de los informantes en las investigaciones, ya sean periodísticas, policiales o judiciales, demostrando que, en ocasiones, una fuente fidedigna y confiable puede ser la clave para desmantelar conspiraciones a gran escala.
¿Quién fue Garganta Profunda?
Durante más de tres décadas, la identidad de Garganta Profunda permaneció en el anonimato. Se especuló ampliamente sobre quién podría haber sido el informante, y solo en 2005, Mark Felt reveló que él era la fuente secreta de Woodward y Bernstein. Como segundo al mando en el FBI, Felt tuvo acceso directo a información altamente clasificada sobre la investigación de Watergate, lo que le permitió confirmar y guiar a los periodistas en el desarrollo de su reportaje.
Filtró información de manera clandestina a Woodward mediante encuentros secretos en estacionamientos subterráneos. Su motivación, según sus propias declaraciones, no fue política ni ideológica, sino el compromiso con la integridad de las instituciones y el cumplimiento de la ley. Sentía que la Casa Blanca estaba interfiriendo en la investigación del FBI y obstruyendo la justicia, por lo que optó por actuar desde las sombras para garantizar que la verdad saliera a la luz.
La importancia de Garganta Profunda en la investigación de Watergate
La filtración de información por parte de Mark Felt fue de alto impacto en la forma en que se desarrolló el caso. Sin él, el proceso habría sido mucho más lento y complejo debido a la falta de pruebas concretas.
Confirmación de la conexión entre Watergate y la Casa Blanca
Antes de las filtraciones de Garganta Profunda, se sospechaba que el allanamiento en el edificio Watergate estaba vinculado con el gobierno de Nixon, pero no se tenían pruebas concluyentes. Felt confirmó a Woodward que la operación no era un hecho aislado, sino parte de una red de espionaje y sabotaje político orquestada desde el Comité para la Reelección del Presidente (CRP).
Exposición del encubrimiento
Uno de los mayores escándalos no fue el espionaje en sí, sino el esfuerzo del gobierno de Nixon por encubrirlo. Nixon y su equipo intentaron desviar la investigación, ordenar pagos a los implicados para que guardaran silencio y utilizaron agencias gubernamentales para obstaculizar la justicia. Felt proporcionó información sobre estas maniobras, lo que permitió que el Washington Post y otros medios siguieran el rastro de la corrupción.
Guía estratégica para los periodistas
Woodward y Bernstein no recibieron documentos o pruebas físicas de Garganta Profunda, sino información clave que les permitió confirmar datos y seguir la dirección correcta en su investigación. Una de sus frases más famosas fue «Follow the money « (Sigan el dinero), lo que ayudó a los periodistas a descubrir la red de financiación ilegal y los sobornos utilizados para silenciar testigos.
Presión para continuar con la investigación
En un momento en que la Casa Blanca intentaba desacreditar a la prensa y controlar la narrativa, la existencia de una fuente confiable motivó a Woodward y Bernstein a persistir en su investigación. Además, las filtraciones generaron presión en otras instituciones, lo que eventualmente llevó al Congreso y al sistema judicial a actuar con mayor firmeza.
Trascendencia de Garganta Profunda
El impacto de las acciones de Mark Felt no solo llevó a la dimisión de Richard Nixon en 1974, sino que sentó un precedente sobre el papel del periodismo y la importancia de los informantes en casos de corrupción gubernamental. La exitosa investigación del Washington Post puso de relieve la fragilidad de un poder corrupto cuando se enfrenta a la verdad y demuestró que las instituciones democráticas podían resistir amenazas venidas desde su propio núcleo.
El caso Watergate y la figura de Felt abren algunos debates de interés. Si bien hay quienes consideran que Felt actuó por el sentido de deber y justicia, también hay quienes lo han criticado por violar la confidencialidad dentro del FBI. En cualquier caso, su contribución permitió destapar uno de los mayores escándalos de la historia, fortaleciendo la vigilancia sobre el poder político y consolidando el periodismo de investigación como un pilar esencial de la democracia.
Watergate en el cine
La historia ha sido llevada al cine y a la televisión en múltiples ocasiones, siendo la película Todos los hombres del presidente (All the President’s Men, 1976), de Alan J. Pakula la más conocida y representativa. Más recientemente, en 2017, la película Mark Felt: el informante (Mark Felt: The Man Who Brought Down the White House) de Peter Landesman, abordó la historia desde la perspectiva del informante.
La primera y más icónica de estas películas es Todos los hombres del presidente (1976), protagonizada por Robert Redford y Dustin Hoffman en los papeles de Bob Woodward y Carl Bernstein. Basada en el libro homónimo escrito por los periodistas, la película atrapa bien la intensidad de la investigación periodística y el misterio que rodeaba a la identidad de Garganta Profunda. En esta versión cinematográfica, el informante es interpretado por Hal Holbrook, quien aparece en sombras durante las icónicas escenas de reuniones clandestinas en un estacionamiento subterráneo, acentuando la tensión y el secretismo que rodeaba la colaboración entre Felt y Woodward.
A destacar el personaje de Ben Bradlee, interpretado por Jason Robards. Bradlee, el legendario editor del Washington Post, fue clave en la publicación de las noticias de Bob Woodward y Carl Bernstein. La interpretación de Robards transmite la presión, la valentía y la determinación que caracterizaron a la redacción del periódico en uno de los momentos más importantes de la historia del periódico. A pesar de las presiones políticas y los intentos de desacreditación del gobierno de Nixon, Bradlee confió en el trabajo de sus reporteros. Robards ganó el Oscar al mejor actor de reparto por este papel en 1977. William Goldman, autor del guion adaptado, también ganó el Oscar.
Décadas después, en 2017, la película Mark Felt: el informante, dirigida por Peter Landesman y protagonizada por Liam Neeson, ofrece una perspectiva más íntima y personal de la historia. En lugar de centrarse en la investigación periodística, esta producción explora los dilemas morales de Felt, sus motivaciones y las tensiones dentro del FBI durante la administración Nixon. A diferencia de la imagen enigmática de Garganta Profunda en Todos los hombres del presidente, en esta película se profundiza en la lucha interna de Felt entre su lealtad a la institución y su deber hacia la verdad y la justicia.
Ambos largometrajes reflejan la importancia de la filtración de información y el papel fundamental que desempeñan los informantes en el desarrollo de una investigación.
Conclusión
La historia de Garganta Profunda y el Watergate ha sido objeto de numerosos documentales, libros y análisis académicos sobre el papel de los informantes. Su figura sigue siendo un referente del HUMINT (Human Intelligence), la inteligencia obtenida a través de fuentes humanas, demostrando que, incluso en los niveles más altos del poder, la verdad puede salir a la luz con la ayuda de una voz dispuesta a hablar. Las contribuciones de Felt, Woodward y Bernstein transformaron la historia política de Estados Unidos, dejando una profunda lección sobre el impacto que un solo individuo puede tener en la lucha contra la corrupción y el abuso de poder.