Defusing o Debriefing de emergenciaEquipos de rescate y personal sanitario participante en un debriefing tras una operación de emergencia.

Las intervenciones en escenarios de emergencias son muy variadas y la capacidad de afrontamiento por parte del personal especializado suele ser óptima en su conjunto. Ahora bien, a veces hay intervenciones que pueden ser emocionalmente agotadoras y psicológicamente traumáticas. La práctica y el conocimiento científica aplicada a la misma ha demostrado que tras estas intervenciones, es crucial gestionar las respuestas emocionales de los profesionales involucrados. Para ello, se han desarrollado técnicas como el Defusing y el Debriefing, dos herramientas fundamentales en la gestión del estrés postraumático y el bienestar emocional.

Sin embargo, persiste aún un debate sobre cuál de estas técnicas es más adecuada en diferentes contextos. Vamos a analizar en qué consiste cada una, sus diferencias, y cómo aplicarlas de manera efectiva para favorecer la salud mental del equipo.

El término Defusing se puede traducir como “desactivar”, y en Psicología haría referencia a la desactivación emocional. Se trataría de una intervención psicológica breve e inmediata, que se lleva a cabo poco después de una situación traumática o altamente estresante. Se trata de una técnica diseñada para aliviar el impacto emocional en el personal involucrado en la intervención y, al mismo tiempo, identificar si alguien necesita atención psicológica adicional.

Es aconsejable realizarla generalmente en las primeras 12-24 horas después del evento y puede durar entre 20 y 45 minutos. El objetivo principal del defusing es:

  • Ventilar emociones inmediatas: permite al personal expresar de manera rápida y sin censura sus reacciones emocionales primeras. Es importante retener lo de “sin censura”; no obstante, hay que valorar los posibles efectos no deseados de la exposición grupal de esas emociones.
  • Normalizar la reacción emocional: ayuda a que los profesionales comprendan que sus reacciones son normales ante una situación anómala.
  • Reducir el impacto emocional inicial: minimiza los sentimientos de angustia, ira o culpa que puedan surgir inmediatamente después del evento.

Para el proceso del defusing veamos los pasos y condiciones a tener en cuenta para un buen desarrollo de la técnica:

  • Fase introductoria: se explica el propósito del defusing y se aclara que no se trata de un análisis técnico de la intervención, sino un espacio seguro para hablar de las emociones experimentadas. Los aspectos técnicos (protocolos, dificultades, errores en cadena,…), no se “tocan” durante la exposición emocional.
  • Fase exploratoria: cada miembro del equipo tiene la oportunidad de compartir sus primeras impresiones y cómo se sienten. No se busca profundizar en los detalles del incidente, sino en las reacciones emocionales. Es conveniente la participación de todos los intervinientes por muy breve que sea y sin poner límite alguno.
  • Fase informativa: en esta fase se proporciona información breve sobre las reacciones emocionales esperables en las próximas horas o días; ya que es muy probable que aparezcan imágenes repetitivas del evento como pensamientos repetitivos sobre el mismo evento. También se sugiere cómo manejar el estrés a corto plazo.

Como síntesis, se podría resumir que esta técnica es adecuada para situaciones donde el equipo ha experimentado un estrés significativo, pero no necesariamente un trauma profundo. Ayuda a aliviar tensiones y permite a los miembros del equipo volver a sus tareas con mayor tranquilidad emocional. Es una intervención preventiva para evitar que las emociones crezcan y se vuelvan más difíciles de manejar.

El término debriefing exige mayor dificultad en su descripción pero debe entenderse como un interrogatorio claramente reflexivo acerca de la experiencia vivida. Por tanto, es una técnica más estructurada y profunda, diseñada para revisitar el evento crítico, procesar las emociones y ofrecer un mayor entendimiento del impacto psicológico que el incidente ha tenido sobre los involucrados. Se suele realizar entre las 24-72 horas después de un evento traumático y puede durar entre 1 y 2 horas.

Son objetivos deseados del debriefing:

  • Explorar profundamente las reacciones emocionales: ahora, al contrario que en el defusing, se permite que los profesionales analicen de manera detallada sus emociones y pensamientos en torno al incidente.
  • Fomentar la comprensión compartida: incorporar la membrecía grupal lo que facilita que el equipo hable sobre cómo vivió cada uno la situación, permitiendo crear un sentido colectivo de lo que ocurrió.
  • Identificar signos de estrés postraumático: la presencia de síntomas de TEPT puede ser detectada a través de esta ténica, lo que permitiría una intervención rápida con personas que podrían necesitar atención psicológica adicional.

Proceso del debriefing:

  • Fase introductoria: se explica el objetivo del debriefing, que es ayudar a procesar la experiencia de manera segura, sin juicios y sin presión.
  • Fase narrativa: los participantes son guiados a reconstruir el evento desde sus propios puntos de vista, paso a paso. Esta narrativa ayuda a externalizar los pensamientos y emociones, promoviendo un procesamiento saludable.
  • Fase de reacción emocional: cada participante comparte cómo se sintió durante y después del evento. En este espacio, se fomenta la validación emocional y se normalizan las reacciones intensas.
  • Fase de enseñanza: se ofrecen herramientas para manejar el estrés postraumático o las reacciones emocionales a largo plazo. También se dan consejos sobre cómo cuidar de uno mismo en los días posteriores.
  • Fase de cierre: el facilitador hace un resumen y proporciona apoyo adicional si es necesario, recomendando recursos psicológicos para aquellos que lo necesiten.

Tras este breve análisis queda de manifiesto que el debriefing está más orientado hacia eventos que son claramente traumáticos o que implican una alta carga emocional. Aunque no se trata de una terapia, sí busca profundizar en los efectos psicológicos del evento, ayudando a prevenir la aparición de trastornos como el trastorno por estrés postraumático (TEPT).

Aunque ambas técnicas se utilizan para ayudar a los equipos de emergencias a lidiar con los efectos emocionales de intervenciones difíciles, podemos constatar varias diferencias importantes, que nos servirán realmente para saber elegir con seguridad el uso de una u otra:

  • Momento de aplicación: el defusing se realiza inmediatamente después del evento (12-24 horas), mientras que el debriefing se realiza más tarde, entre 24 y 72 horas tras el incidente.
  • Duración: el defusing es más breve, normalmente entre 20 y 45 minutos, mientras que el debriefing puede durar varias horas.
  • Profundidad emocional: el defusing se centra en gestionar las primeras reacciones emocionales y no profundiza en la experiencia del evento. En cambio, el debriefing sí lo hace.